martes, 3 de diciembre de 2013

Estudiando el Libro de los Espíritus


Mundo espírita y de los espíritus


Wellington Bossi, revista Visión Espírita nº 8


El libro de los Espíritus nos muestra en el capítulo primero, libro segundo, el origen y la naturaleza de los espíritus, mundo normal primitivo, períespíritu y los diferentes órdenes de los Espíritus. Según la definición recibida por los espíritus en la codificación del Libro de los Espíritus, la palabra Espíritu es usada para designar a las individualidades de los seres extracorpóreos y no al elemento inteligente universal. Los seres inteligentes pueblan el universo dentro y fuera del mundo material, sin embargo el ser es inmaterial porque su esencia difiere de lo que conocemos como materia. 

Los espíritus han empezado a existir desde el día de su creación, sin embargo a la pregunta de si esa existencia tiene fin, contestan que con el principio vital que dimana de la existencia, ésta es eterna. Pero tratando de la individualidad del ser, nos cuestionaríamos si pasado un cierto tiempo, más o menos prolongado, se disgregaría el elemento de que son formados y volvería a ser materia, como ocurre con los cuerpos materiales. Nos resulta difícil comprender que algo que tiene un principio determinado no tenga fin. Según la espiritualidad esto ocurre porque nuestra inteligencia todavía es limitada, lo que no justificaría el rechazo del principio de la eternidad. 

Cada espíritu es una unidad indivisible, pero cada uno de ellos puede extender su pensamiento a lugares diversos sin necesidad de dividirse. En ese sentido debemos entender el don de la ubicuidad atribuido a los espíritus; de tal manera que el cuerpo, sin cambiar de forma o lugar, puede transmitir órdenes o señales a diferentes puntos a través del espíritu. 


El mundo de los espíritus tiene vida infinita, incluso si el mundo material se cesara, el mundo espiritual seguiría su trayectoria. Es preexistente y sobrevive a todo lo material. Los espíritus se encuentran por doquier, en cualquier rincón del espacio. Sin embargo no todos los espíritus pueden ir a todas partes a voluntad. El mundo espiritual consta de regiones que están prohibidas a los espíritus menos adelantados. Démonos cuenta que existen grandes diferencias entre los espíritus. Kardec nos aclara que los espíritus se dividen en diferentes órdenes, según el grado de perfeccionamiento que han alcanzado. 

En la pregunta noventa y siete cuestiona si hay entre los espíritus un número determinado de órdenes o de perfección; y le contestan “Su número es ilimitado, porque no existe entre tales órdenes una línea fronteriza, de manera que es posible multiplicar o restringir a voluntad las divisiones. Considerando estas divisiones a grandes rasgos, se puede reducir a tres órdenes principales. Es posible ubicar en el primer orden a aquellos que han llegado a la perfección: los Espíritus puros. Los del segundo orden han alcanzado la mitad de la escala: su preocupación es el deseo del bien. Los del tercer orden se hallan aún en la zona inferior de la escala evolutiva: son los Espíritus imperfectos; se caracterizan por la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones que retardan su desarrollo.” 
En la próxima edición de la revista nos dedicaremos a comprender las diferentes clases y ordenes de espíritus.


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