miércoles, 31 de agosto de 2011

Curso de Mediúmnidad Igualada.



Informa que a partir  de la primera semana de septiembre de 2011, el centro espírita de Igualada, hará el curso  (Teórico y practico de Mediúmnidad) Recordamos que para participar la persona tiene que tener  conocimientos básicos de la doctrina de Allan  Kardec, y sobretodo tener disciplina, asiduidad y seriedad. Más informaciones en la web: http://www.kardec.es/igualada/ o en el propio e-mail del blog: amigosdekardec@hotmail.com 
 ¿Desarrollar la mediúmnidad?
Por Juan José Torres

Allan Kardec, en el libro de los médiums, capítulo 14, define al médium como siendo la persona, que siente, en mayor o menor medida, la influencia de los espíritus. La mediúmnidad, por lo tanto, sería la facultad que permite dicha comunicación. Más adelante, en el mismo párrafo, el maestro Lionés, aclara: "Siendo esta facultad inherente en el ser humano, no representa ningún privilegio poseerla". Por lo tanto, la mediúmnidad, la puede poseer cualquier persona, sin tener en cuenta su condición social, religiosa, cultural o moral.
De esto, podemos llegar a la siguiente deducción: "Al ser la facultad mediumnica una facultad natural, perteneciente, por su naturaleza, al ser humano, ella debería haber existido siempre. En verdad, mirando la historia de la humanidad, podemos observar, que la facultad de comunicarse con los "muertos" ha existido desde siempre, y encontramos esta facultad extendida por todos los pueblos de la humanidad, ya en épocas remotas, como en épocas más actuales.
En la Biblia, por ejemplo, encontramos diversos pasajes donde se habla con claridad sobre la posibilidad de comunicarse con las almas de los que murieron, y encontramos, en el libro Deuteronomio, de Moisés, la prohibición que este hacía al respecto de esta comunicación, siempre que fuera hecha por fines adivinatorios, etc. Entonces, vamos a razonar: Si Moisés prohibió la comunicabilidad de los espíritus, es porque ella existía, pues de no existir, no tiene sentido la prohibición, puesto que no podemos prohibir algo que no existe. Además, encontramos en 1º Samuel, C:28-v.6 al 20, que el Rey Saúl, se encontraba preocupado, pues supo que los Filisteos se encontraban a pie de guerra, pues querían apoderarse del lago Tiberiades, y después de consultar con un Dios y no ser escuchado, va en busca de una pitonisa, y le pide que evoque al rey Samuel. La pitonisa lo evoca, y este se manifiesta, diciendo que Dios ya no se encontraba con Saúl, y por lo tanto, entregaría Israel a los Filisteos. En verdad, después de la batalla, Saúl es derrotado, y la profecía del espíritu es cumplida.
Esto lo narramos, simplemente por evidenciar la realidad de la comunicación, al menos históricamente, pero existen infinidad de relatos, infinidad de pruebas de este tipo en las culturas mas antiguas de la humanidad.
Por ello, frente a este fenómeno, deducimos que el espiritismo ha existido desde siempre, y que él no es algo nuevo, puesto que se encuentra en la tierra desde la más remota antigüedad...
...Pero, si observamos con atención, nos damos cuenta de que esto no es del todo cierto, nos damos cuenta, que el espiritismo "NO EXISTE DESDE SIEMPRE" y esto, mis amigos, es fundamental que lo comprendamos, pues el espírita, principalmente, debe saber diferenciar, entre lo que es, por un lado, espiritismo, y por otro mediúmnidad. Y esto, es fundamental para el conocimiento de ambas cosas. Pues encontramos, periódicamente, personas que no saben hacer esta distinción. Que dicen mediúmnidad cuando hablan de espiritismo, que dicen espiritismo, cuando hablan de mediumnidad, y llevan a la confusión sobre aspectos tan diferenciados pero importantes.
La mediúmnidad, como decíamos anteriormente, es la facultad que permite la comunicación de los espíritus a los hombres. Ella es una facultad del hombre, que depende del organismo, y está presente en el hombre propio.
El epiritismo es, en palabras del Codificador: "La ciencia que se encarga de estudiar el origen, la naturaleza y el destino de los espíritus, y las relaciones que hay entre el mundo corporal y el mundo espiritual". Sintetizando, el espiritismo es una ciencia, que estudia, entre otras cosas, la mediúmnidad, y además, le ofrece un objetivo, extrayendo de ella consecuencias filosóficas y morales.
Por eso, es fundamental que hagamos la distinción, y saber cuando hablamos de mediumnidad: (El fenómeno), o de espiritismo, (La ciencia).
Para dejar claro este concepto, pondremos un ejemplo práctico:
Juana de Arco, según la historia, era médium, pues mantenía comunicaciones con el mundo espiritual, con lo espíritus, pero no era espiritista, pues no conocía el espiritismo que no existía en aquella época.
Allan Kardec, que codificó el espiritismo, era espiritista, pues conocía y practicaba el espiritismo, pero no era médium, pues no servía de intermediario con los espíritus.
Chico Xavier, es médium y espiritista, pues sirve de intermediario entre el mundo espiritual y el corporal, y a la vez conoce la doctrina espírita.
Pongamos otro ejemplo: "La biología, es la ciencia que estudia los seres vivos, sus características, y sus relaciones con el medio ambiente", pues bien, jamás, a nadie, se le ocurrirá decir que la biología es lo mismo que la célula, o que la nutrición, porque estos son fenómenos de la vida que son estudiados por la biología, y por lo tanto no se pueden confundir con esta. De la misma forma, el espiritismo es distinto que la mediumnidad: Ella es el fenómeno, el espiritismo la ciencia que, entre otras cosas, lo estudia.

Ahora bien, ¿Que aporta el espiritismo a la mediúmnidad?

Ante este aspecto, la cuestión es muy importante. Pues el espiritismo, si no es la mediúmnidad, si tiene algo para ofrecerle. Es la directriz, la guía para trabajar correctamente con ella. Nos enseña a seguir las pautas para su buena aplicación, para su ejercicio correcto. Y esto, ¿Por qué? "Porque el espiritismo es el resultado de las instrucciones de los espíritus, que fueron dadas universalmente, y recopiladas, codificadas, por Allan Kardec, bajo el análisis, el raciocinio y la comprobación de aquello que se obtenía. Por lo tanto, el espiritismo viene de una experiencia profunda, maravillosamente guiada por los instructores espirituales, y posee la directriz, el sello de autenticidad que le otorga la experiencia.
Como vimos anteriormente, toda persona puede ser médium, sin considerar su carácter moral, intelectual, social, de conocimientos. Por lo tanto, si toda persona tiene posibilidad de ser médium, es necesario que esa persona sepa cómo actuar con la mediumnidad, sepa cómo dirigirse, sepa cómo comportarse ante la facultad que posee, por lo tanto, esta persona necesita aprender.
De esta forma, entramos ante algo muy importante, que es "EL MÉDIUM ANTE LA FACULTAD MEDIÚMNICA".
En el Iten 226 del libro de los médiums, en el capítulo 20, Allan Kardec pregunta a los bienhechores espirituales: -El desarrollo de la mediúmnidad, ¿Se opera en razón del desenvolvimiento moral del médium?, -Y la respuesta de los espíritus es muy clara: -"No, la facultad propiamente dicha depende del organismo, y es independiente de la moral. -Es decir, que la moral no interviene para nada en que una persona sea médium o no. Puede ser médium un criminal, al igual que un santo, sin que esto tenga que ver nada con la posibilidad de comunicarse los espíritus por uno u otro. -Pero continúan los espíritus esclareciendo: -"No sucede lo mismo con el empleo que se hace de ella, que podrá ser mejor o peor, con arreglo a las cualidades del médium." -Vemos por lo tanto, que si los espíritus se pueden manifestar de igual modo por un criminal que por un santo, el trabajo de este primero será enfermizo, negativo, perturbador, mientras que este último hará un trabajo puro, dedicado al bien, limpio de egoísmo y orgullo.
Por esto, deducimos que la facultad mediúmnica es NEUTRA, es decir, no es buena ni mala, pero a nosotros, nos cabe direccionarla, y tornarla buena, si nuestra intención es buena, o tornarla perturbadora, si estamos perturbados. Es lo mismo que un automóvil, el automóvil no conduce ni  bien ni mal, pues es neutro, dependerá del conductor que realice una conducción prudente o temeraria, de pendiendo si el conductor es prudente o temerario. La mediúmnidad se manifestará sin tener en cuenta de la moral, pero será dirigida dependiendo de la calidad moral de aquel que la posee.

Visto esto, nos cabe preguntar, ¿Cual es el objetivo de la mediúmnidad?

El espiritismo nos responde, que la mediúmnidad, como toda facultad, es dada al hombre con el objetivo de que éste progrese, ayudando a los demás y enriqueciéndose él mismo moral y culturalmente. Por lo tanto, es necesario que el médium sepa conducirse con la mediúmnidad, sepa trabajar, pero trabajar bien con ella.
Mas para trabajar bien, es fundamental que el médium tenga presente algunas necesidades, que todo médium tiene, y que si las olvida, puede equivocar la dirección mediúmnica.
La primera necesidad, es el ESTUDIO. Y esto es muy importante, porque el médium, en particular, y los espiritistas en general, no les gusta estudiar, aunque es verdad que este concepto está siendo cambiado, y cada vez hay más personas que comprenden la necesidad del estudio para una buena práctica de la mediúmnidad. Y ¿Por qué? de esa necesidad del estudio. Porque necesitamos conocer los problemas, los laberintos, las particularidades que la mediúmnidad encierra. Porque ella presenta muchos matices, a veces difíciles de precisar si no tenemos un claro conocimiento de lo que es la mediúmnidad, y un gran número de errores, como tambien de abandonos de la práctica mediúmnica, son resultado de haber comenzado a trabajar sin conocer en profundidad la mediúmnidad. Es preferible esperar un poco, y empezar a trabajar en la mediúmnidad con conocimiento, que no empezar antes sin la debida preparación.
En el libro de los Espíritus, en la introducción, en el párrafo 13, se lee lo siguiente: "Se necesitan años para hacer un médico adocenado, las tres cuartas partes de la vida para tornar a un hombre sabio, ¡Y se querrá obtener en unas cuantas horas la ciencia de lo infinito! Vemos, por lo tanto, que el estudio es fundamental, y que el propio Kardec lo propone como condición necesaria para aquel que desee introducirse en el basto campo de la mediúmnidad.

Se habla de estudio, pero, ¿Que debe el médium estudiar?

Cuando hablamos de estudio, no nos referimos a que el médium debe ir a la universidad, sino que debe conocer, profundizar, el aspecto que le interesa para su desarrollo mediúmnico, es decir, debe estudiar la mediúmnidad. Pero no solo la mediúmnidad propiamente dicha, sino también el espiritismo. Porque para la práctica de la mediúmnidad, no solo basta saber como el espíritu hace para comunicarse con nosotros, es necesario tener conciencia de cual es el objetivo de la mediúmnidad, porqué unos la poseen y otros no, cual es el compromiso, donde radica la justicia Divina, la realidad de las leyes morales, etc. Y esto es necesario para que el médium haga una buena labor, sabiendo lo que hace y porqué lo hace.
Pero a la vez, si tiene posibilidades, no se limitará en el estudio del espiritismo, sus horizontes se ampliarán y conocerá de todo, estudiará de todo, aprenderá de todo, pues cuanto mas culto sea, cuanto mas sepa, será mejor instrumento de los espíritus, pues los espíritus, se valen de los recursos del médium para trasmitir una comunicación, y cuando encuentran un médium rico en conocimientos, se valen de este con mejor voluntad que de aquel que es ignorante. Hacemos un paréntesis, (para recordar a aquellos médiums que trabajaron sin estudiar por no poseer los medios, no nos referimos a estos, a los que respetamos sinceramente). Nos referimos si, a aquellos que poseen los medios de estudiar, de aprender, y no lo hacen por pereza, por comodidad, engañados en la falsa idea que lo fundamental es poseer buena voluntad. Ahora bien, ¿Donde está la buena voluntad cuando se puede perfeccionar uno y no lo hace? La falta de estudio, poniendo por excusa la buena voluntad, es señal de ignorancia, y a la vez, de falta de buena voluntad.
Encontramos, en el Libro de los Médiums, a los espíritus Erasto y Timoteo disertando acerca del rol del médium en las manifestaciones mediúmnicas, y decir con otras palabras: Nosotros nos valemos de los conocimientos del médium, por ello, cuando llegamos a un médium cuyo cerebro está poblado de informaciones, de conocimientos, la comunicación se realiza muy fácilmente, puesto que sugerimos la idea y el médium la viste con palabras, (Porque la comprende), pero cuando llegamos a un médium ignorante, la cosa cambia, pues debemos dictar palabra por palabra lo que queremos decir, y esto es agotador y muy lento. Y posteriormente, anuncian: "Procurad preparaos bien, pues llegará el tiempo en que los buenos médiums abunden, y ya no nos valdremos más de aquellos que no se prepararon correctamente.
Por lo tanto, el estudio es fundamental para el médium, y un médium que no estudie, pese a su buena voluntad, cometerá infinidad de errores.
Pero si el estudio es fundamental, la moralidad tiene la llave del buen ejercicio de la mediúmnidad. ¿Por qué?, porque para realizar un buen trabajo, es fundamental que estemos asistidos por buenos espíritus, sin los cuales, todo esfuerzo del médium será inútil, y para que los buenos espíritus quieran trabajar con nosotros, es necesario que seámosles simpáticos.
En el medio espírita se emplean dos palabras que tienen la clave de la manifestación espiritual, ellas son la afinidad y la sintonía.
La afinidad, es la semejanza entre dos o más espíritus ante una misma cosa. Yo soy afín con aquellos que piensan, sienten o tienen ideas parecidas con las mías en determinado punto.
La sintonía, es un ajuste de frecuencias, que se procesa entre aquellos que son afines en determinada cuestión.
De esta forma, sintonizaremos siempre con aquellos con los que seamos afines. Y es por esto, que es necesaria la moral, pues ella nos permitirá sintonizar con aquellos que sean semejantes, es decir, si nosotros trabajamos por mejorarnos, si nuestro objetivo es el amor, nuestra sintonía estará con espíritus que nos aman, que aman a la humanidad y quieren su bien.
Para recurrirnos de un ejemplo, podríamos imaginar tres reuniones, una de ella compuesta por personas frívolas, otra, por personas científicas y otra por personas moralistas, y nos invitan a conversar con uno de estos grupos. Si nosotros somos personas frívolas, nos marcharemos al grupo de las frívolas, pues es el grupo donde mejor nos vamos a sentir, pues se encuentra en ese grupo las características de nuestra personalidad. Al marchar para otro grupo, nos sentiremos mal, pues no pondremos interés en los comentarios allí hechos. Lo mismo sucede si somos Científicos o Moralistas, iremos para donde se aborden temas de nuestro interés.
Los espíritus actúan de la misma forma, acuden a aquellas personas que sintonizan con ellos, pues solo estas les ofrecerán lo que desean, y solo por aquellas serán bien recibidos.
Tenemos, así, estas dos características fundamentales para nuestra educación mediúmnica, y el Espíritu de Verdad, en el libro: "El evangelio según el espiritismo", en el capítulo 6 nos dice: "Espíritas, os dejo dos mandatos. Amaros, este es el primero, Instruiros, este es el segundo". Encontramos, por lo tanto, esta recomendación, poniendo, el Amor y la Instrucción, como pilares insustituibles de nuestro progreso. No podemos prescindir de ninguno, tan importante es el Amor, como la Instrucción. A veces nos dicen que está primero el amor, y después la instrucción, pero esto no es importante, porque cuando se escriben dos palabras, una se pone antes y otra después. "NO PODEMOS PRESCINDIR DE NINGUNA DE ESTAS RECOMENDACIONES, PUES LAS DOS SE COMPLEMENTAN, Y UNA NO LE PUEDE FALTAR A LA OTRA".
Entonces, tenemos el amor, que dará dirección a la instrucción, y la instrucción que sabrá como aplicar el amor, y ambas, nos orientarán para nuestro trabajo. En el Evangelio según el Espiritismo, en el capítulo 20, hay una comunicación bajo el título: "LOS OBREROS DEL SEÑOR", en la que la espiritualidad nos invita a trabajar, pues la palabra obrero, significa aquel que trabaja, obrero es ser trabajador, y esto, es fundamental para la comprensión del espiritismo, pues será el trabajo, tanto interior como hacia los demás, quien nos hará progresar, quien nos ayudará a sortear las piedras del camino. Es lo primero que debe conocer el espírita, que necesitará trabajar, esforzarse, para conseguir su crecimiento espiritual.
A nosotros nos gusta mucho leer biografías, y después de leer algunas, nos dimos cuenta que todos estos personajes, que se caracterizaron por realizar amplias conquistas en el campo del saber, de las artes, de la literatura, de la medicina etc, tienen algo en común. No importa que sean religiosos, artistas, literatos, músicos, todos ellos, tienen puntos que los relacionan, y estos puntos de relación que tienen, son válidos para todas las conquistas, y tambien, para las conquistas espirituales.
La primera característica         que todos ellos presentan, es la ILUSIÓN. Todos emprenden las cosas con ilusión, con alegría, con confianza. Porque esta ilusión, es importante, pues ella nos ayuda a superar los obstáculos, a saltar las barreras, es la fe humana de que nos habla el evangelio según el espiritismo, esa confianza en llegar, en crecer, en conseguir lo que nos proponemos.
La segunda característica, es el ESFUERZO. Todos ellos, se dieron cuenta que es por medio del esfuerzo que se consiguen las cosas. Que nadie consigue nada si no pone de su parte, si no pone entereza, lucha, sacrificio. La mediúmnidad demanda trabajo, esfuerzo, para superar las dificultades que ella presenta.
La tercera característica, es que NO TENÍAN DIFICULTADES. Ninguno tenía dificultades, y no es que no surgiesen, pues surgían, pero ellas estaban fuera, no dentro, y por ello las superaban, las sorteaban sin que les impidiesen caminar. Por ejemplo Kardec, afirma que cuando era objeto de calumnia, de burla, de censura impiadosa, se sobreponía por encima de la humanidad con el pensamiento, y miraba las cosas desde un punto de vista tan alto, que aquellas espinas pasaban a su lado sin herirle. Es trabajo del médium saber superar las dificultades, seguir trabajando, pese a la incomprensión, a la calumnia, por que esto, si es bien entendido, serán los escalones difíciles de sortear, pero que nos conducirán a un puesto mas avanzado de nuestro progreso.
La cuarta característica, es APROVECHAR TODO EL MATERIAL. Todos ellos aprovechaban todo el material que disponían en sus manos para el aprendizaje. Si eran científicos, estudiaban todo lo que sus predecesores realizaron, si eran poetas, igual. Todos ellos se esforzaban por aprender del tema al que se dedicaban lo máximo posible. Y el médium, y el espiritista, habrá de aprovechar todo lo que está escrito sobre espiritismo, profundizando en el aprendizaje de otras experiencias, para poseer las características mas notables de la época en la que vive. Decía Linconl: "Si alguien me diera por tarea el derribar un árbol en 8 horas, pasaré 6 afilando el hacha" Esto quiere decir, que debemos prepararnos, pues si no estamos preparados, de nada servirá nuestro trabajo.
Y la quinta característica, es la DEDICACIÓN: Hay un refrán que dice, "Quien algo quiere algo le cuesta"  y es verdad. Debemos dedicarnos, entregarnos en cuerpo y alma a los proyectos que emprendemos, para conseguir efectivamente los objetivos que nos hemos propuesto. En una ocasión, hubo un encuentro de Jóvenes empresarios, de jóvenes que a los 25 años ya habían creado su propia empresa, y un filósofo les preguntó: ¿Cuanto tiempo dedican a sus proyectos? -Y todos ellos, a la vez, sonriendo, contestaron: -¡Todo! Porque hay que dedicar tiempo a las cosas, para que ellas salgan bien. El médium, dedicará tiempo a su educación, para convertirse en un buen instrumento de los espíritus buenos.
Sintetizando, la mediúmnidad necesita de nosotros para dirigirla bien, y al médium le cabe velar por ella. Procuremos, trabajar bajo la orientación de Jesús. Abandonemos el orgullo, el personalismo, la vanidad, y entreguemos nuestras manos a la labor, de forma desinteresada, haciendo el bien, por el bien mismo. Que nuestro trabajo sea limpio, que no se vea enturbiado por las deficiencias de un espíritu perezoso, y juntos, construyamos una humanidad mejor.

      
Después de la bella explicación de nuestro compañero Juan José Torres informamos a las personas interesadas en desarrollar la mediúmnidad, que a partir de la primera semana de septiembre de 2011, la Asociación de Estudios Espiritas de Igualada, hará el curso.  (Teórico y practico).
Recordamos que para participar la persona tiene que tener el conocimiento básico de la doctrina de Kardec, y sobretodo tener disciplina, asiduidad y seriedad.  Informaciones en la web: http://www.kardec.es/igualada/ o en el propio e-mail del blog: amigosdekardec@hotmail.com 


Hermana Scheilla
Biografía


Oímos dos encarnaciones de nuestra Mentora Scheilla, de acuerdo con el medio Chico Xavier / Mendelson da Cunha, uno en Francia en el siglo XVI, y otro en Alemania.La encarnación conocida como Scheilla ocurrió en Alemania. Eran los años de las guerras, los conflictos, se presentaron en toda la angustia y aflições donde  devastó la ciudad de Berlín en Alemania, donde Scheilla ha trabajado como enfermera. Su estilo sencillo, su dulzura espontánea, mucho ayudó en su profesión.
Hermosa, clara, pelo rubio y largo, le daba un aire de gracia y mostró muy suave color azul verdoso en los ojos una mirada que refleja la grandeza de su Espíritu. Mediana estatura, siempre con su bata blanca. Scheilla, ansiosa por ayudar a donde y cuando fuera necesario. Olvidando de todo lo demás, sólo pensaba en sus responsabilidades, a través del dolor, luego la criatura ... No escuchó las explosiones terrible que destruir las armas, porque lo que Scheilla oí fue la voz de alguien que se quejaba de dolor y frío.
Por esta razón, una tarde donde los soldados se mezclaban con el odio generado por las almas sedientas de la batalla, he aquí que cae sobre el suelo de su patria, la joven enfermera que, a través de su coraje peligroso cruza los campos de batalla, para ayudar, curar los gritos que venían en su contra. Por el toque de una trompeta triste, vio a muchos soldados sufrieron a caer juntos en la Primera Guerra Mundial, fieles a la enfermera del cuerpo, valiente y amigable. Murieron en los campos de lucha, Scheilla, a los 28 años de edad, después de muchos años a surgir en las altas esferas con su propio estilo, mejorado aún más su amor y dedicación. Scheilla enfermera en lo alto, desciende ahora a otra condición.
En francia, llamó a Juana Francisca Fremiot, nacido en Dijon en 28/01/1572 y falleció el 13/12/1641 en Moulins. Entró en la historia como Santa Juana de Chantal (canonizado en 1767) y la baronesa de Chantal. Casada desde hace 20 años con el barón de Chantal. Después de haber perdido a su marido a principios, a la izquierda del mundo, con sus cuatro hijos, compartiendo su tiempo entre la oración, obras pías y sus deberes como madre. En 1604, junto con el obispo de Ginebra, S. Francisco de Sales, fundada en Annecy la congregación de la Visitación de María, quien se presentó como superior, la casa que él había fundado en París en el distrito de Santo Antonio. En París, pasó por grandes dificultades y en 1619, Santa Juana de Chantal dejó el cargo de superior de la Orden de la Visitación y regresó a Annecy, que fue el padre de la Orden. Desencarnando en 13 de diciembre 1641.
Miguel Vives y Vives
                                                  Biografía

España fue la cuna de los grandes Congresos Espiritas, habiendo los españoles unos pioneros en ese campo, basta citar el Congreso Espirita Internacional de 1888, llevado a cabo en Barcelona. En congresos realizados posteriormente, principalmente el de 1934, la delegación española desarrolló ingente tarea a favor de la tesis reencarnacionista. Anteriormente a la guerra civil de 1936-39, España se destacaba, de forma inusitada, en la divulgación del Espiritismo, bastando decir que ya en 1873 había sido propuesta en el Parlamento Español la enseñanza de la Doctrina Espirita. Miguel Vives y Vives fue uno de los más destacados personajes del Espiritismo en España. Su nombre tuvo proyección mundial y su acción fue de las más notorias. Cuando un hombre consigue cumplir una fecunda tarea en defensa y difusión del ideal que sustenta, haciendo de él un culto y predisponiéndose a luchar de forma ininterrumpida en su favor, podemos, en realidad, calificarlo de apóstol.
  Vives y Vives fue el Apóstol del Espiritismo en España y, por la población de Tarrasa, era llamado el Apóstol del Bien.
  Fue un ejemplo vivo de abnegación. Evangelizó a través de la palabra escrita y hablada, mediante la tribuna, el libro y la imprenta. Toda su obra se apoyó sobre la fuerza moral del ejemplo y vivencia de los ideales espiritas y cristianos.   Fundó la “Federación Espirita del Valles”, de la cual surgió la “Federación Espirita de Cataluña”, entidad que tuvo una vida efímera, pero que ha vuelto a resurgir y la cual están recuperando los grupos espiritas de Cataluña.
  En Tarrasa fundó el “Centro Espirita Fraternidad Humana”, el cual sigue llevando el mismo nombre y está en el mismo lugar. Lanzó la famosa obra “Guía Práctica del Espirita”, hace muchos años llevada al portugués en la edición de la Federación Espirita Brasileña. Otra de sus obras fue: “El Tesoro de los Espiritas”.
  Fue también fundador de la revista “Unión”, órgano que se incorporó a la revista “La Luz del Porvenir”, de marcada actividad en la difusión de los ideales reencarnacionistas. Fue presidente del “Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos”.
  Su esplendorosa mediumnidad hizo que se desarrollara, en Tarrasa, una verdadera obra a favor de los necesitados del cuerpo y del alma, socorriendo a los desajustados, a los enfermos y a los humildes, al punto de, al desencarnar, causar profundo golpe en la población de aquella ciudad. Las fábricas paralizaron sus actividades y el comercio cerró sus puertas a la hora del entierro de su cuerpo, a fin de permitir a sus empleados poder acompañar al ataúd al cementerio. Durante el trayecto, se formó una verdadera muralla humana a lo largo de las calles y en la necrópolis, con el propósito de atender a las peticiones de todos los que deseaban verlo, el ataúd permaneció abierto durante una hora, y aproximadamente 5.000 personas desfilaron frente a él.
Él no era político, no cortejaba la popularidad y, sin embargo, gracias a su ejemplo de abnegación, recibió una de las mayores consagraciones públicas de su tierra, a pesar de vivir en un país de profundas tradiciones católicas, donde hombre y libros fueron quemados en el transcurso de muchos siglos.   Miguel Vives fue un notable Espirita. Fue un hombre que se dignificó por la práctica de las buenas obras y por el desempeño de una verdadera misión de tolerancia y de amor.
  En uno de sus escritos, del magnífico libro Guía Práctica del Espiritista, escribió “Los Centros Espiritas deben ser la cátedra del Espíritu de Verdad, porque al no tener el Espíritu de luz su cátedra, tendría su influencia el Espíritu del error, e infelices de esos Espíritus que se encuentran bajo la influencia del Espíritu de las tinieblas, porque poco, muy poco adelantan en la senda del progreso. 


Gabriel Delanne
                                     Biografía

El escenario era la capital de Francia: París, considerada culturalmente en la vanguardia occidental del arte, filosofía, ciencias y letras, ya sea como cuna o como receptora de escuelas y movimientos de significación.
Hippolite León Denizard Rivail había consolidado sus investigaciones espíritas, publicado "El libro de los espíritus" y fundado un año después, la primera institución espírita que denominó "Sociedad parisiense de estudios espíritas". En ese momento, vivían también en París, Alexandre Delanne y su esposa Marie Alexandrine Didelot, quienes se ganaban la vida con la venta de artículos de limpieza en una pequeña tienda. Ella la atendía mientras su esposo viajaba para encontrar clientes. Tenían dos hijos varones de poca edad: Gabriel, nacido el 23 de marzo de 1857 y Ernesto, con quienes vivían en una modesta casa en la calle Saint Denis.
En uno de sus viajes de negocios, Alexandre Delanne llegó hasta la ciudad de Caén, ubicada en la región de Normandía, al N.O. de Francia sobre el Canal de la Mancha y a orillas del río Orne. Un domingo fue al Café "Grand Balcon" donde oyó la conversación de dos desconocidos, en la que uno de ellos afirmaba que los espíritus existían y era posible comunicarse con ellos. El tema era atractivo y conmovedor, por lo que no pudo evitar la curiosidad y se acercó a ellos con el fin de averiguar más.
Le aclararon entonces, que un profesor francés había escrito algunas obras donde explicaba aquello y que a esa doctrina, la había llamado Espiritismo; le dieron además, la dirección en París de la Sociedad Espírita y los títulos de los libros que podía leer.
A su regreso al hogar, comentó ese encuentro con su esposa y ésta, vivamente interesada lo convenció de que buscara "El Libro de los Espíritus" y "El Libro de los Médiums".
Después de su lectura, el interés fue aún mayor y decidieron hacer lo posible por conocer al autor. Se dirigieron al Pasaje Santa Ana, donde vivían los esposos Rivail y fueron recibidos en forma muy cortés; hablaron sobre las obras que habían leído y después de una conversación amistosa durante la cual Marie refirió algunos fenómenos personales que podían interpretarse como una facultad mediúmnica espontánea, el profesor Rivail los invitó a acompañarlos a una reunión en la Sociedad recién fundada.
Aceptaron gustosos y allí se puso de manifiesto la sensibilidad de médium escribiente mecánica de la Sra. Delanne, quedando desde entonces, al servicio de las actividades de investigación del profesor Rivail o Allan Kardec, tal como firmaba sus libros.
De allí en adelante, los viajes de negocios de Alexandre Delanne fueron aprovechados para desarrollar una intensa labor de divulgación de la doctrina. La educación de Gabriel y su hermano se consolidó en este medio espírita, y para ellos, el vocabulario, los fenómenos y las lecciones morales fueron naturales desde su infancia. El Sr. Delanne contaba que cuando Gabriel tenía 7 años le preguntaron un día sobre la profesión de sus padres y él ingenuamente respondió que eran espiritistas, su madre era una buena médium y él esperaba ser como ella.
Siendo ya mayor, afirmaba que la facultad de Marie le había permitido no tener dudas sobre la verdad espírita y desde niño se había esforzado en explicarla a sus amigos; además terminaba diciendo con una sonrisa, que sorprendentemente los convencía. De allí que luego se afirmara que Gabriel comenzó su tarea de Apóstol del Espiritismo desde sus años escolares.
La familia Delanne mantuvo una estrecha amistad con los esposos Rivail; se visitaban frecuentemente y Kardec disfrutaba jugando con los niños y sentándolos en sus piernas, esperando que se convirtieran en seguidores del Movimiento Espírita. Gabriel conservaría toda la vida el recuerdo de esas vivencias y de sus enseñanzas, que compartía en sus conferencias y discursos, con cariño y agradecimiento.
Corría el año 1863, los continuadores de la obra del Profesor Rivail comenzaban su camino, Gabriel tenía 6 años, mientras León Denis tenía 17 y estaba conociendo el Espiritismo en una librería de Tours.
Después de recibir la primera instrucción en su hogar, como era la costumbre, ingresó en el Colegio de Cluny, ciudad de Saône-et-Loire; más tarde, se trasladó con su hermano al Colegio de Gray en Haute-Saône, residencia de una de sus tías y cuñada de Alexandre, donde se desempeñó como un estudiante brillante y en 1876 ingresó en la Escuela Central de Artes y Manufacturas.
Después de una época marcada por las dificultades económicas, por las que tuvo que dejar la Escuela, logró graduarse de ingeniero electricista y trabajó en la Compañía de Aire Comprimido y Electricidad "POPP" hasta 1892.
Sus biógrafos mencionan la dificultad para obtener datos de su vida porque Gabriel era muy reservado y no le gustaba hablar de sí mismo; sin embargo quedaron algunas informaciones
Su salud nunca fue muy buena; en su infancia tuvo una infección en su ojo izquierdo con una disminución importante de la visión. Más tarde, desde los 30 años, sufrió de ataxia, incoordinación de los movimientos de origen neurológico, caracterizada por inestabilidad, vacilación y falta de medida al trasladarse, lo que le dio un peculiar modo de caminar.
Desde los 17 años fue espírita militante y asistió a las reuniones mediúmnicas en la casa de sus padres, mudados entonces al Pasaje Choiseul Nº 39 y 41 donde tenían su negocio en la planta baja y su habitación en el piso superior.
Más tarde, sus amigos presentes en esas sesiones, relataron muchos fenómenos observados durante ellas y recordaban una comunicación personal dirigida a Gabriel: "No temas nada, ten confianza. Desde el punto de vista material, jamás serás rico, pero nada te faltará"; y dicen que esto se cumplió durante toda su vida.
En marzo de 1880, a los 23 años tomó parte activa en el importante acto conmemorativo anual de la desencarnación de Allan Kardec, de la que se cumplían 11 años En el cementerio "Père Lachaise" se reunieron amigos y seguidores de su obra, y a Gabriel le correspondió ofrecer un discurso, en el cual ya se notaba su interés en hacer énfasis en el aspecto científico del Espiritismo y de resaltar que Allan Kardec no había pretendido fundar una nueva religión o un nuevo culto. Sin embargo, también admitió que sería necesario un intenso trabajo para lograr la consolidación de una teoría científica a partir de esas relaciones con el mundo espiritual; aunque confiaba que finalmente serían reconocidas como fenómenos naturales y dejarían de representar un misterio. Finalmente, hizo la promesa de hacer los mayores esfuerzos para expandir sus ideas y sembrarlas en todo el mundo. Años después, en reconocimiento al cumplimiento de su palabra, mereció el nombre de Apóstol del Espiritismo Científico.
Era lógico que debido a su formación dentro de la ciencia positiva, Delanne se dedicara, preferentemente a las investigaciones de los fenómenos espíritas; es decir, al aspecto científico de la Doctrina Espírita, en verdad la más dificultosa y poco comprendida, hasta por aquellos que se dicen sus adeptos.
En 1882, los dirigentes de los grupos espíritas parisinos, bajo la presidencia de P. G. Leymaire y Gabriel Delanne como secretario, realizaron una reunión con el objeto de estudiar un programa enviado por los espíritas belgas. La proposición de reunirse en Bélgica fue aceptada y culminó con la creación de la Federación Espírita Francesa-Belga, convertida un año más tarde, en Federación Francesa-Belga-Latina.
En diciembre de ese mismo año, Alexandre Delanne y su hijo Gabriel fundaron la Unión Espírita Francesa, establecida en París, bajo la presidencia del Dr. Josset y Marie Delanne como tesorera. La Comisión Directiva de la agrupación se reunía en la casa de la familia Delanne y su objetivo era reunir a todas las sociedades espíritas diseminadas por Francia.
En enero de 1883 desencarnó Amelie Rivail a los 88 años, en plenitud de sus funciones intelectuales y aún con la suficiente fortaleza física que le había permitido continuar la labor espírita, con el sello de su carácter dulce y consolador, durante los 14 años que sobrevivió a su esposo.
Gabriel, recordando la estrecha amistad que la había unido a su familia, y el aporte que había brindado al estudio y la enseñanza de la Doctrina Espírita, pronunció un discurso de despedida durante sus funerales en el cementerio de París, y ese mismo año, una vez más, recordó a Allan Kardec en la fecha aniversaria, con palabras que son mencionadas frecuentemente por los estudiosos espíritas afines con su posición: "No temamos divulgar nuestra fe. Más que cualquier otra filosofía, el Espiritismo fortalece y penetra las almas con sus dulces efluvios. Tenemos la convicción, hagámosla penetrar entre nuestros hermanos, unamos nuestros esfuerzos para sembrar fértilmente nuestras ideas en las masas y marchemos a la conquista de la sociedad moderna, apoyados de un lado en la Ciencia y de otro en la Razón".
Gabriel disfrutaba contando una historia a sus amigos. Decía que un día de 1883 recibió una carta escrita en un papel tosco, mal redactada, con numerosas faltas ortográficas y un imperfecto francés, firmada por una señora que le pedía se dirigiera a Versalles, en las afueras de la ciudad, donde ella residía, para poder comunicarle algo importante con relación al Espiritismo.
Al principio no le dió mucha importancia pero al fin, decidió acudir. En un suburbio alejado y escondido encontró la casa antigua al fondo de un patio descuidado, subió por una escalera destartalada y se encontró frente a una puerta despintada, con una campanilla colgando de un sucio y raído cordón sin borla.
Dudó una vez más, pero por fin llamó; lo hizo 3 veces, y ya se iba, cuando una anciana entreabrió la puerta y preguntó que deseaba. Mencionó la carta y ella lo hizo entrar tomándolo bruscamente de la mano. El cuarto y los muebles le desagradaron, igual que el aspecto de la mujer; quien le indicó una silla y se sentó frente a él hablando en un francés con fuerte acento inglés.
Gabriel se sorprendió cuando ella le confió su deseo de fundar un diario para difundir el Espiritismo. Confundido atinó a decir que era necesario mucho dinero y entonces la anciana se dirigió a un mueble, sacó una bolsa y de ella 5000 francos, - suma suficiente para una operación comercial importante -, se los alargó diciéndole que estaban destinados a los primeros gastos y le preguntó si estaba dispuesto a dirigir la publicación. Gabriel no salía de su sorpresa y quiso expresar su agradecimiento, pero ella contestó que sólo quería difundir la doctrina y eso no era de agradecer.
Gracias a esa donación se fundó la revista "Le Spiritisme" cuyo primer número salió en marzo de 1883; y que debió su nacimiento a la generosa señora inglesa Elizabeth D' Esperance, una de las pioneras del Espiritismo quien más tarde desarrollaría su facultad mediúmnica.
La Revista "Le Spiritisme" tuvo por sede el Passage Choiseul Nº 39 y 41, y luego, la calle Delayrac Nº 38, donde la familia Delanne había fundado un grupo espírita. Gabriel escribió artículos y luego se convirtió en Redactor General con el apoyo de su padre, emprendiendo una propaganda incansable y habilidosa que logró disminuir las prevenciones hacia la doctrina.
Al final de ese mismo año, se planteó una controversia pública entre Gabriel Delanne y J. Guerín sobre la encarnación de Jesús, publicada en la Revista Espírita de enero de 1884. Guerín sostenía su idea sobre la naturaleza divina de Jesús, mientras su interlocutor evaluaba a Jesús como un ser excepcional por su inteligencia y su grado de evolución, pero consideraba que la vida espiritual de Jesús no constituía elemento suficiente para admitir una naturaleza orgánica especial, y agregaba: "según pienso, Jesús es un espíritu eminentemente superior, es el modelo por el cual nos debemos guiar, pero entre Dios y él, la distancia es aún mayor de la que hay entre nosotros y Jesús".
En 1884, Gabriel fue nombrado delegado por la "Unión Espírita Francesa" para representarla en el Congreso Espírita Belga, a realizarse en Bruselas, y con sólo 28 años de edad, publicó su primera obra espírita titulada "El Espiritismo frente a la Ciencia".
Este libro, dedicado a sus padres, está dividido en 6 partes:. En la primera examina diferentes filosofías; en la segunda examina el cerebro; la tercera comprende el estudio del magnetismo y su historia, examina el sonambulismo natural, el magnético y el hipnotismo; en la cuarta analiza las pruebas de la inmortalidad del alma por las experiencias científicas; en la quinta define el periespíritu, examina las pruebas de su existencia, su composición, su utilidad y su papel después de la desencarnación y en la última estudia algunas clases de mediumnidad.
Es interesante notar que en septiembre de ese año apareció la publicación de León Denis "El porqué de la vida", de tal forma que el comienzo de la labor editora de los dos grandes continuadores de la obra de Kardec, fue simultánea.
En diciembre de ese año fue elegido Vicepresidente de la "Unión Espírita Francesa" y desplegó una intensa labor como conferencista en París, en el interior de Francia, Bélgica, Inglaterra y Holanda logrando un gran éxito en sus exposiciones, que suscitaron la publicación de elogiosos artículos en el "Journal de Charleroy", el "Express de Liege", el "Independente Belga", "Le Matin d'Anveres" y "La Chronique".
En 1890, su hermano Ernesto, espírita y amigo íntimo de León Denis, contrajo matrimonio con Noemí; dos años después enfermó y abandonó París, trasladándose a la ciudad de Gray, a la casa de su tía donde habían vivido cuando eran niños. Acostumbrado a la unión fraternal y por el aprecio que sentía por ellos, Gabriel se afecto profundamente por la separación.
En 1892 renunció al trabajo en la Compañía "POPP", se convirtió en representante de una casa comercial y debía viajar continuamente, aprovechando esta circunstancia para su labor divulgativa doctrinaria. En uno de esos viajes a Argel, recibió la noticia de la desencarnación de Ernesto, pero no pudo ir a su funeral. Sólo su madre estuvo presente, puesto que su padre, también estaba en viaje de negocios. Al poco tiempo, su cuñada Noemí, deseó obtener una comunicación espiritual con el que fuera su esposo, pero a pesar de asistir con Gabriel a muchas sesiones, no lo pudo conseguir. Un año después desencarnó la Sra Delanne y sus restos fueron trasladados al cementerio Père Lachaise, a la tumba familiar, muy cercana a la de Allan Kardec.
Gabriel y su padre continuaron trabajando por la divulgación del Espiritismo. En 1896 apareció el primer número de la "Revista Científica Moral del Espiritismo" fundada por Gabriel Delanne, donde recogía trabajos de numerosos autores espíritas y naturalmente, de él mismo. Desde este momento, a los 39 años de edad, dejó totalmente su actividad comercial y se dedicó completamente a la labor espírita. En la conmemoración anual de la desencarnación de Allan Kardec dictó en Lyon, la ciudad natal del maestro, su famosa conferencia titulada: "La fuerza psíquica".
Para aquellos tiempos, Héctor Durville fundaba en París la Universidad de Altos Estudios, compuesta por las Facultades de Ciencias Magnéticas, de Ciencias Herméticas y de Ciencias Espíritas. Gabriel Delanne asumió la responsabilidad de la dirección de esta última y los cursos se dictaron en la Federación Espírita ubicada en la calle Chateau d'Eau, 55. En este período se publicaron varias de sus obras doctrinarias, que hasta hoy han contribuido al patrimonio cultural espírita.
"El fenómeno espírita", apareció en 1896 y contiene los testimonios de intelectuales de diferentes países donde se ocupaban del tema, afirmando categóricamente la legitimidad de los fenómenos. Entre ellos se destacaban el físico inglés William Crookes, inventor, experimentador y descubridor del talium, quien al referirse a los fenómenos espíritas dijo: "Yo no digo que es posible, digo que existe"; y el escritor francés Víctor Hugo, que expresó: "Evitar el fenómeno espírita, negar la atención a que tiene derecho, es negar la verdad".
Un año después publicó "La evolución anímica" donde presentó un estudio general de la vida de los seres organizados, un análisis minucioso de la estructura del periespíritu y de sus propiedades funcionales al que definía como "el estatuto de las leyes que rigen la evolución orgánica"; analizaba la memoria y las personalidades múltiples por la reencarnación, y hacía un trabajo de integración de la concepción evolucionista presentada por Darwin y la filosofía palingenésica sustentada por el Espiritismo. Su análisis lo llevó a resumir magistralmente:
"El principio pensante recorrió lentamente, todas las escalas de la vida orgánica, y fue por medio de una ascención ininterrumpida, en el transcurso de siglos innumerables, que él pudo, poco a poco, lentamente, fijar en el contenido fluídico todas las leyes de la vida vegetativa, orgánica y psíquica. Le fue preciso rematerializarse un sinnúmero de veces para que todos esos movimientos, sentidos y deseos conscientes, llegasen a la inconsciencia y al automatismo perfecto, que caracterizan las reacciones vitales y las acciones reflejas. No es de improviso que el ser llega a ese resultado, pues la Naturaleza no hace milagros y opera siempre de lo simple a lo complejo. Para que un ser tan complejo como el hombre, que reúne los caracteres más elevados de todas las criaturas vivas, pueda existir, necesita, absoluta y necesariamente, que tenga recorrida toda una serie, cuyos diferentes estados, él mismo resume"
Su teoría superó todas las anteriores, por cuanto su concepto reencarnacionista no era fatalista y se proponía encontrar respuestas a los problemas palingenésicos, descartando un carácter místico. Su visión del Espiritismo era fundamentalmente filosófica y científica de donde se extraen consecuencias morales; mientras se declaraba contrario a la posición dogmática y religiosa, a la que consideraba generadora de oscurantismo e inhibidora en la búsqueda de la explicación de los fenómenos naturales.
En 1898 los espíritas parisinos conmemoraron los 50 años del Espiritismo con dos conferencias públicas a cargo de León Denis y Gabriel Delanne. Simultáneamente, apareció su obra "Investigaciones sobre la mediumnidad", como resultado de su larga experiencia en ese campo; y en junio de ese mismo año, gracias a su renombre como conocedor de la Doctrina y como orador, Gabriel Delanne se acreditó como Delegado de la Sección Francesa, de la Federación Espírita de Londres y de la Unión Kardecista Italiana en un importante Congreso Internacional celebrado en Londres, donde presentó un extenso y profundo trabajo sobre las "Vidas sucesivas".
Poco después la Federación Espírita Universal se transformó en Sociedad Francesa de Estudios de los Fenómenos Psíquicos, con el Dr. Moutin como Presidente y Gabriel Delanne como Vicepresidente, para asumir la Presidencia, a corto plazo. Esta Institución adquirió un gran renombre en Francia, y se admite que pocas instituciones después de la fundada por Allan Kardec, hicieron un esfuerzo tan grande para desarrollar y extender el conocimiento espírita. Desde allí, Delanne se dedicó a su apostolado y se declaró un decidido adepto del estudio racional y científico. Su extraordinaria memoria y su gran erudición, le permitieron formar experimentadores espíritas de primera categoría, examinar cuidadosamente los fenómenos producidos por los médiums, y presentar en todos los Congresos Internacionales que se celebraban para la época, el resultado de sus trabajos.
En 1899, como fruto de sus investigaciones presentó su libro "El alma es inmortal", donde realizó un estudio minucioso del periespíritu, su demostración experimental y la comprobación de la inmortalidad del espíritu.
El Congreso Espírita Internacional, reunido en 1900, bajo la Presidencia Ejecutiva de León Denis y con la Presidencia Honoraria del respetado naturalista inglés Alfred Russel Wallace, se convirtió en un hito para el Espiritismo. Gabriel Dellane formó parte de la Comisión encargada de preparar los trabajos que se presentarían. El mismo debía elaborar un relato sobre Reencarnación, pero luego de pronunciar el discurso de apertura, su mala salud le impidió asistir a la presentación de los trabajos, incluso el suyo propio. Ese mismo año escribió el prefacio de la biografía de Allan Kardec escrita y publicada por Henri Sausse.
Un año después desencarnó Alexandre Delanne a los 71 años de edad y con más de cuatro décadas dedicadas a la difusión de la Doctrina Espírita. Esta separación le causó a Gabriel un gran dolor y durante el resto de su vida recordó con agradecimiento el apoyo moral y material brindados por su padre, para que él pudiera trabajar sin trabas en su obra espírita.
Al poco tiempo adoptó a una niña abandonada, Suzanne Rabotin, de sólo 7 meses de edad, a la que cuidó con la ayuda de su prima Mathilde Peley, siempre muy cercana a su familia y desde entonces, dedicada a la atención de ambos.
En 1905 presentó en Lieja-Bélgica su trabajo "La exteriorización del pensamiento" y viajó a Argel donde, en compañía de su gran amigo el profesor Charles Richet, asistió a experiencias donde intervenía el conocido médium de efectos materiales apellidado Miller.
Su salud empeoró notablemente en los siguientes 10 años, su marcha era muy difícil, caminaba arrastrando los pies con sacrificio y dolor, lo que lo obligaba a usar muletas. A pesar de eso no perdía su deseo de trabajar, su cordialidad con todos y su habitual jovialidad. Desde 1908 acostumbró a pasar algunos meses en la costa azul del Mediterráneo, gracias a unos amigos que lo recibían en su casa de la ciudad de Niza, donde disfrutaba trabajando frente a una ventana que daba al mar.
Su último viaje fuera de París tuvo por destino un lugar cercano a Marsella; allí empeoró y tuvieron que transladarlo en silla de ruedas hasta el tren que lo llevaría de regreso a su hogar. A pesar de esto siguió trabajando en su experimentación mediúmnica y en sus escritos, encontrando auxilio en sus espíritus guías, entre ellos Durand, también inspirador de León Denis en su obra espírita y a quien Gabriel Delanne acreditaba como colaborador en su labor sobre reencarnación. Desde 1909 hasta 1911 se dedicó a trabajar en dos volúmenes que serían su obra maestra: "Las apariciones materializadas de los vivos y los muertos".
En el primer volumen contestaba todas las objeciones relacionadas con la existencia del espíritu, presentando una documentación extraordinaria, basada en innumerables experiencias científicas; mientras en el segundo volumen comparaba lo acontecido durante la vida encarnada de los seres con lo que sucede cuando ya no tiene cuerpo físico, pero puede continuar aún manifestando su sobrevivencia, con mensajes post-mortem.
Los extensos trabajos de Delanne sobre reencarnación culminaron con dos obras aparecidas en 1924: la primera titulada "Documentos que sirven al estudio de la reencarnación", con 50 casos demostrativos, y la segunda con el título de "Reencarnación", una obra de alto valor histórico, doctrinario y científico.
En 1925 desencarnó su prima Mathilde y toleró el gran dolor con la fuerza que siempre lo había caracterizado. Delanne tenía entonces 68 años y enfermedad no le impedía trabajar, pero lo hacía con mucho esfuerzo. A pesar de eso, se desempeñó como Secretario del Congreso Espiritista Internacional celebrado en París en 1925, en el que León Denis fue Presidente y que reunió a estos dos destacados espíritas con Jean Meyer y Arthur Conan Doyle.
Comenzó entonces, la preparación de dos nuevas obras: "Oigamos a los muertos" y "Sobre ideoplastia", en colaboración con dos amigos espíritas. El 12 de febrero de 1926 su estado de salud se agravó, se quejaba de sofocación, pero conservaba su plena conciencia. Dos días después, algo recuperado, recibió a un joven que pedía su orientación con relación a algunos fenómenos que hacían suponer una enfermedad mental en una prima suya. Delanne le explicó durante dos horas la mediumnidad de escritura que manifestaba la joven y luego, muy fatigado y con intensos dolores, se sentó a la mesa con su hija adoptiva y sus amigos, para disfrutar de la comida, pero no pudo hacerlo y estaba cada vez más pálido. Arrastrándose se dirigió a la otra habitación y después de unos minutos, se oyó un golpe y un gemido, porque sus piernas no lo sostuvieron y cayó. Lo llevaron a su poltrona y dijo: "Creo que es el fin, es una advertencia". Su amigo Bourgeois trató de animarlo y entonces él respondió: "Recuerde, querido amigo, que Delanne no le teme a la muerte".
Continuó empeorando y la hija llamó al médico, quien se esforzó por reanimarlo, pero inútilmente porque tres horas después finalizaba su vida encarnada en Autenil, en la Villa Montmorency, propiedad de Jean Meyer cedida para que pasara los últimos años. Era el 15 de febrero de 1926 y tenía 69 años.
Los funerales se llevaron a cabo en el cementerio Père Lachaise. Atendiendo a su deseo manifestado hacia tiempo, su cuerpo fue incinerado y las cenizas colocadas en el mausoleo de la familia, cercano a la tumba de Allan Kardec. Su amigo Henri Regnault dijo en su funeral que el mejor homenaje que se le podía brindar era seguir su ejemplo y difundir la doctrina espírita, la verdadera filosofía del futuro.
De su intensa actividad como propagador de la doctrina espírita nos ha quedado una importante obra escrita. Fue fiel discípulo de Allan Kardec, por quien conservó toda la vida una gran admiración. En 1907 decía: "El día que los sabios se decidan a estudiar científicamente los fenómenos psíquicos, tendrán algunas sorpresas, mostrándoles que sus futuros descubrimientos han sido previstos por esos espíritus de quienes ellos ignoran tan profundamente sus doctrinas".
El tiempo le fue dando la razón, ya que diferentes corrientes de experimentadores científicos, han ido descubriendo fenómenos que no contradicen lo afirmado por los estudiosos espíritas.
Si Allan Kardec fijó los trazos esenciales, su discípulo comprendió claramente que debía asegurar una difusión cada vez más amplia, con el auxilio de los trabajos rigurosamente científicos, de tal forma que la unión entre el mundo espiritual y el físico fuera cada vez más estrecha.
Gabriel Delanne eliminó del Espiritismo las fórmulas dogmáticas y rígidas, apoyándolo en realidades experimentales estrictamente científicas; examinó cuidadosamente los hechos espíritas en cada una de sus modalidades, los analizó y llegó a conclusiones racionales de acuerdo a su formación positivista. Sin embargo, sus obras fueron escritas en un lenguaje sencillo y comprensible para la mayoría, buscó el término exacto y evitó la metáfora, por eso en lugar de ser áridas y frías, despiertan un interés cada vez mayor, por su estilo preciso y claro.  Sus propias palabras en su libro "El Alma es Inmortal" son el reflejo del pensador espírita apoyado en bases de experimentación científica:
"Si nuestros trabajos tienen por resultado determinar a algunos espíritus independientes a formar nuestras filas, no habremos perdido nuestro tiempo; más, cualquiera sea el resultado de nuestros esfuerzos, estamos seguros de que está próximo el tiempo en que la ciencia oficial, forzada en sus últimas trincheras se verá obligada a ocuparse del asunto que fue objeto de nuestras investigaciones. Ese día el Espiritismo aparecerá como lo que realmente es: LA CIENCIA DEL PORVENIR."

domingo, 28 de agosto de 2011

La Psicografía
por Wellington Bossi.

¿Es posible la acción de un Espíritu sobre la materia? ¿Es posible por intermedio de una persona? Si fuera posible, ¿cuáles serían los mecanismos para tales manifestaciones?

“Separada la opinión materialista, como condenada a la vez por la razón y por los hechos, todo se reduce a saber si el alma después de la muerte puede manifestarse a los vivos. La cuestión, reducida de este modo a la más simple expresión, se encuentra singularmente despejada. Se podría preguntar, desde luego, por qué seres inteligentes que en cierto modo viven en nuestro Centro, aunque invisibles por su naturaleza, no podrían atestiguar su presencia de una manera cualquiera. La simple razón dice que para esto no hay nada absolutamente imposible y esto es ya alguna cosa. Esta creencia tiene, por otra parte, el asentimiento de todos los pueblos, porque se la encuentra por todas partes y en todas las épocas; luego una intuición no podría ser tan general, ni sobrevivir a los tiempos sin apoyarse en alguna cosa” (El Libro de los Mediums, capítulo I, item 52).
El mentor espiritual de Francisco Cândido Xavier, Emmanuel, afirmó en el programa de televisión brasileño llamado “Pinga-Fogo”, que la primera psicografía de que se tienen noticias son las tablas de piedra con los Diez Mandamientos, recibidas por Moisés en el Monte Sinaí, aproximadamente en el año 1250 a.C.
En El Libro de los Espíritus, Allan Kardec trata de la psicografía, definiéndola como una  escritura directa o indirecta de una inteligencia extracorpórea que llamamos Espíritus. Las primeras psicografías que formaron la codificación de Kardec, tuvieron lugar por medio de mesas que se elevaban y daban, con una de sus patas, un número determinado de golpes, respondiendo de este modo con los monosílabos o no, según lo convenido, a una pregunta planteada.
Hasta allí nada de convincente había, por cierto, para los escépticos, por cuanto se podía creer en un efecto del azar. Después se obtuvieron respuestas más elaboradas, sirviéndose de las letras del alfabeto: el objeto móvil daba una cantidad de golpes que correspondían al número de orden de cada letra y se llegaban así a formar las palabras. La exactitud de las respuestas y su correlación con las preguntas suscitaron el asombro.
El misterioso ser que de esta manera respondía cuando interrogado acerca de su naturaleza, declaró que era un Espíritu o genio, se atribuyó un nombre y proporcionó diversas informaciones a su respecto. Es esta una circunstancia muy importante, que hay que subrayar.
Nadie imaginó a los Espíritus como un medio para explicar el fenómeno hasta entonces. Hubo de ser el fenómeno mismo el que revelara esa palabra. Uno de esos seres invisibles dio el consejo de adaptar un lápiz a una cesta u otro objeto. Colocada esa cesta sobre una hoja de papel, se puso en movimiento por el mismo poder oculto que movía las mesas. Pero, en vez de un simple movimiento regular, el lápiz trazó por sí propio caracteres que formaron palabras, frases y discursos enteros, de varias páginas de extensión, tratando las más elevadas cuestiones de la filosofía, moral, metafísica, psicología, etcétera, y ello con tanta rapidez como si se escribiera con la mano.  Este consejo se dio de forma simultánea en América, en Francia y en diversos lugares. He aquí los términos en que lo recibió en París, el 10 de junio de 1853, uno de los adeptos más fervientes de la Doctrina, que de varios años atrás desde 1849 venía ocupándose de la evocación de los Espíritus: “Ve a la habitación de al lado y toma la canastita. Sujétale un lápiz y colócala sobre el papel. Apoya tus dedos en el borde”. Hecho esto, unos instantes más tarde la cesta se puso en movimiento y el lápiz escribió muy legiblemente esta frase:
“Esto que os digo, os prohíbo expresamente que lo digáis a nadie. La próxima vez que escriba lo haré mejor”.
La ciencia espírita ha progresado como todas las demás, y con más rapidez si cabe. Hace algunos años empezó con medios primitivos e incompletos, pero estamos ya en disposición de poder comunicarnos con los Espíritus con tanta facilidad como los hombres lo hacen entre sí, y por los mismos me-dios, la escritura y la palabra. De todos los medios de comunicación, la escritura manual es el más sencillo, el más cómodo y el más completo. La facultad de escribir a través de un médium es también la más susceptible de desarrollarse con el ejercicio.
La espiritualidad superior afirma que para desarrollar la mediumnidad es fundamental disponer de disciplina, humildad, de alto conocimiento para discernir cuando la comunicación es propia del médium o del Espíritu, y la práctica de la caridad. Además, es necesario trabajar en una casa espírita para que el médium pueda participar en grupos de estudio y, sobretodo, vivir de acuerdo con los preceptos cristianos. Para concluir, podemos añadir que los médiums que psicografían corren siempre el peligro de dejarse llevar por la vanidad, por eso recomiendan que el médium la desarrolle cuando tenga las demás facultades mediúmnicas adelantadas.
Lo más importante, con todo, no es desarrollar la mediumnidad, sino la reforma moral.

Fuente: Revista Visió Espirita de Barcelona. CEADS (Centro Espirita Amalia Domingo Soler)