jueves, 10 de abril de 2014

Estudiando el Libro de los Espíritus


Pluralidad de las Existencias

Wellington Bossi, revista Visión Espírita n º 11





“La suma total de nuestras existencias es lo que somos hoy, y aquel que adelanta con rapidez ahorra pruebas.” 





En las últimas ediciones de nuestra revista, hemos estudiado la encarnación de los espíritus y el retorno de la vida corpórea a la vida espiritual. Hoy profundizaremos en la reencarnación. Ya estamos en el capítulo IV, donde empezaremos por la pregunta 166 del Libro de los Espíritus, de Allan kardec. Consideramos como encarnación al período en que estamos “vivos” en la tierra; es decir, ligados a la materia. La reencarnación se refiere a cada una de las veces que se pasa por esa experiencia, partiendo del principio de que somos seres espirituales e inmortales; lo que implica que la vida no se acaba con la muerte, es apenas el retorno a lo que somos en realidad, ¡Espíritus! Tener que pasar por esas experiencias nos lleva a pensar que por detrás de todo eso habrá una finalidad. ¡Sí, la hay! Expiación, mejoramiento progresivo de la humanidad, definen los espíritus de la codificación espírita. Cuando fuimos creados desde un principio, no éramos como creemos que somos hoy, nacemos simples e ignorantes, y poco a poco vamos aprendiendo y evolucionando. 
La pregunta 171 nos dice: -“¿En qué se funda el dogma de la reencarnación? - En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar os lo repetimos: Un buen padre deja siempre a sus hijos una puerta abierta para el arrepentimiento. ¿No te dice la razón, que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no han podido mejorar? ¿Acaso todos los hombres no son hijos de Dios? Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón. Todos los Espíritus tienden a la perfección y Dios les provee de los medios de obtenerla mediante las pruebas de la vida corporal. Pero, en su justicia, les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba. No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad de Dios, castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre, después de su muerte, estuviera irremediablemente fijada, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y no los hubiera tratado con imparcialidad. 
La doctrina de la reencarnación es aquella que consiste en admitir para el hombre muchas existencias sucesivas; es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios para con hombres de una condición moral inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestras esperanzas, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos lo indica y los Espíritus así lo enseñan. El hombre que tiene conciencia de su inferioridad encuentra en la doctrina de la reencarnación una esperanza consoladora. Si cree en la justicia de Dios no puede esperar que será por siempre diferente de aquellos que han obrado mejor que él. El pensamiento de que esa inferioridad no lo deshereda para siempre del bien supremo, y que podrá conquistarlo por medio de nuevos esfuerzos, lo sostiene y reanima su valor. ¿Quién al término de su carrera no lamenta haber adquirido demasiado tarde una experiencia que ya no puede aprovechar? Pero esa experiencia tardía no está perdida, pues la aprovechará en una nueva existencia.






jueves, 27 de marzo de 2014

Mecanismos de la Mediumnidad 


Médiums y Adoctrinadores 


Wellington Bossi, revista Visión Espírita n º 12


Aprendemos que, para manifestar la comunicación de un espíritu, todavía es necesaria la figura de un médium, que es un intermediario entre el mundo de los espíritus y el mundo material. La mediumnidad, es una facultad inherente a todos los seres humanos, no siendo ningún privilegio, porque todos nosotros somos médiums en potencia. Sin embargo, para desarrollar esa facultad, es necesario desarrollar nuestra disciplina, nuestra moral; a través de la reforma íntima, y, la práctica constante de la caridad. Es fundamental, conocer en profundidad las obras básicas de Allan Kardec, León Denis y la literatura espírita complementaria, como André Luiz y tantos otros. 
En principio, debemos ser conscientes de lo que es, para qué sirve y con qué finalidad se pretende desarrollar. Toda práctica debe ser hecha siempre en un centro espírita, por la protección espiritual que este ofrece. Y no debemos olvidarnos de la importancia de la oración. También aprendemos que, el cuerpo humano se divide en: cuerpo físico, periespíritu y alma, (espíritu ligado al cuerpo físico, durante la encarnación). El periespíritu es: la envoltura semimaterial que envuelve al espíritu, lazo de unión entre el espíritu y la materia. Toda manifestación mediúmnica pasa por el periespíritu, por eso es tan importante conocerlo en profundidad. 
Existen varios tipos de mediumnidad, las cuales estudiaremos, con más profundidad, en las próximas ediciones de la revista. Una de ellas es la incorporación de un espíritu, que se aproxima a un médium durante el trabajo específico de la casa espírita para manifestarse. Será posible la comunicación del espíritu a través del médium, siempre y cuando éste entre en sintonía con el espíritu que desea comunicarse. Entonces hay una expansibilidad del periespíritu del médium que se fusiona con el periespíritu del espíritu comunicante. Es importante saber que no hay una posesión. Porque el médium permite la comunicación y tiene su libre albedrío para interrumpir o no permitir la comunicación. Ese tipo de trabajo, es orientado por una figura indispensable, el adoctrinador o dirigente, quien da todas las directrices de la reunión. 
Nelson de Souza Pereira, nos dice que: “el trabajo mediúmnico es para las personas integradas en lo cotidiano del Centro Espirita, entendiendo como integración una relación permanente, un esfuerzo continuado de vivencia del ideal y de convivencia fraterna. La tarea de dirigir un grupo es muy delicada; ya que exige cualidades extraordinarias, conocimientos y sobre todo una gran experiencia. 
El dirigente es el legítimo representante en el plano físico de la dirección espiritual, porque recibe a través de la inspiración las orientaciones que transmitirá a los demás compañeros. Como un profesor dedicado, envolviendo a todos en un clima de confianza, delante del tratamiento ecuánime, dispensado, como padre amoroso y gentil. Él actúa como un jefe de un equipo médico o de terapias psicológicas especializadas, supervisando con su arte.



martes, 18 de marzo de 2014


AME:                      
Asociación Médico Espírita





Traducción Adaptación: W. Bossi y J. Levy,
revista Visión Espírita n º 12 

La Asociación Médico Espírita de Brasil (AME-Brasil), fue fundada en São Paulo el 17 de junio de 1995, durante el 3º Congreso Nacional de Medicina Espírita, realizado por la Asociación Médico Espírita de São Paulo, institución pionera que ha existido desde el 30 de marzo 1968. 
Se define como una organización espírita, científica, cultural, caritativa y sin ánimo de lucro; cuyo propósito es el estudio de la Doctrina Espírita codificada por Allan Kardec. Su fenomenología, es la integración y la aplicación en los campos de la filosofía, moral y la ciencia, en especial la medicina. Tratando de fundamentar a través de los estudios la idealización y realización de experimentos e investigaciones en ese sentido. 
La difusión del conocimiento Médico-Espírita, ocurre a través de estudios que muestran el paradigma Espírita, entre otros principios, la supervivencia del alma, la comunicabilidad entre los espíritus, la reencarnación, la constitución del cuerpo físico humano y el espíritu. Ha demostrado su contribución al progreso de la ciencia y de la medicina, como un todo, exponiendo su carácter bio-psico-socio-espiritual. De esta manera está vinculada al área de la educación, que pretende acercar estos conceptos a la universidad y contribuir eficazmente a los cambios de los paradigmas materialistas de la ciencia que prevalece en este momento. También forma parte de sus objetivos difundir el ideal de médico espírita, a través de simposios, conferencias, vídeos, boletines y otros medios de comunicación, no restringiéndose solamente a la atención médica. 
La idea de la creación de esta institución, se llevó a cabo en 1968, por un grupo de médicos que se reunieron en la casa del médium Spartaco Ghilardi; y por supuesto, sólo pudo haber sido "programada" 
antes de la reencarnación. El 30 de marzo de ese año, su fundación se completó en la biblioteca del Hospital de San Lucas en São Paulo, bajo la bendición del Dr. Bezerra de Menezes y Batuíra. Más tarde, alrededor de 1995, crearon la Asociación Médica Espírita de Brasil (www.amebrasil.org.br) con el fin de agregar todas las AMEs. 
Desde 1980, la AME, también ha acogido a otros profesionales interesados en la asistencia sanitaria o en la investigación médica, manteniendo como requisito que sean espiritistas. 
Entre las actividades ya emprendidas por la entidad, podemos mencionar tres Simposios Brasileños de Parapsicología (SIBRAPAME), conferencias a cargo de organismos internacionales, producción de boletines de noticias (un total de once), además de cursos y conferencias de vídeo producidos por sus miembros. 



domingo, 9 de marzo de 2014

Estudiando el Libro de los Espíritus


El retorno de la vida corpórea a la vida espiritual



Wellington Bossi, revista Visión Espírita n º 12





“… el espíritu, deja el 
cuerpo físico; retornando al Mundo de los Espíritus, sin perder su individualidad” 




En la última edición, de nuestro boletín, estudiamos, lo que es la encarnación de los espíritus. Hoy comprenderemos lo que sucede justo después de la muerte. 
Vamos por el libro segundo, capítulo tercero, a partir de la pregunta 149, del Libro de los Espíritus, codificado por nuestro querido mentor: Allan Kardec. ¡Repasando! Consideramos el ser humano como espíritu eterno, es decir que, después de la muerte del cuerpo físico seguiremos existiendo en espíritu. No perderemos nuestra identidad, porque nuestros pensamientos quedarán guardados en el periespíritu. Empezamos a 
existir, desde la creación: pasando por diferentes experiencias, a las que llamamos reencarnaciones, que tienen como principal objetivo, nuestra evolución. Aunque en general sólo vemos el cuerpo físico, el ser humano está constituido de tres partes esenciales. Primera: el cuerpo físico o ser material, análogo al de los animales y animado por un principio vital. Segunda: el alma, espíritu encarnado cuya habitación es el cuerpo. Tercera: el principio intermediario, o periespíritu, sustancia semimaterial que sirve de primera envoltura al espíritu y une el alma con el cuerpo. 
Teniendo todos esos conceptos presentes ya podemos adentrarnos en el capítulo tercero: “El alma después de la muerte”.
Cada espíritu es un mundo diferente. Y cada desencarnación ocurrirá en consecuencia, no sólo de esa última existencia, sino también del cúmulo de experiencias adquiridas en la eternidad de cada individuo. En líneas generales, podemos entender que después de la muerte nos llevamos del cuerpo físico solamente los recuerdos de la última existencia, pudiendo estar lleno de dulzura o amargura, según lo que haya hecho en 
vida. El desprendimiento del alma del cuerpo material se opera con los desligamientos de los vínculos que la retenían, siendo éste de forma gradual. Poco a poco se desprende de sus ataduras, estas se sueltan, pero no se quiebran. 

Todos nosotros pasaremos por esa experiencia, pero cada uno la vivirá de una forma diferente dependiendo de los siguientes factores: a tipos de Desencarnación; hace referencia a la forma de desprendimiento. En este caso debemos considerar la desencarnación natural y la desencarnación violenta. Desencarnación Natural: sobreviene por el agotamiento de los órganos. Desencarnación violenta: desprendimiento brusco, por accidente. Desencarnación por suicidio. En el momento de la muerte, al principio todo es confuso, hace falta algún tiempo para recobrarse. La duración de la turbación después de la muerte física es muy variable, pudiendo ser de pocas horas, algunos días o varios meses, incluso años. 
“Para el hombre de bien no hay nada penoso, es tranquila, semejante a un despertar apacible. Para aquel cuya conciencia no es pura está llena de ansiedad y de angustia, que aumentan a medida que va cobrando conciencia de su situación.” Entretanto siempre está a tiempo de sembrar el bien, buscar y llevar la paz. 





viernes, 7 de marzo de 2014

Mecanismos de la mediumnidad


El periespíritu



Wellington Bossi  , revista Visión Espírita n º 11

"El periespíritu "es el principio de todas las manifestaciones. Su conocimiento es la clave para la explicación de una infinidad de fenómenos"


"Para conocer las cosas del mundo visible y descubrir los secretos de la naturaleza material, Dios otorgó al hombre la visión corpórea, los sentidos e instrumentos especiales. Con el telescopio sumerge la mirada en la profundidad del espacio y con el microscopio descubre el mundo de lo infinitamente pequeño. Para penetrar en el mundo invisible le ha dado la mediumnidad". También nos comenta Allan kardec en El Libro de los Médiums: el médium, desde el punto de vista de la ejecución, es más que un simple instrumento, pues ejerce una influencia muy grande todo lo que se refiere al aspecto moral. Para comunicarse, el Espíritu desencarnado se identifica con el Espíritu del médium, y esta identificación no se da si no hay afinidad entre ellos. El alma ejerce sobre el Espíritu libre una especie de atracción o repulsión, conforme el grado de semejanza existente entre ellos. Los buenos tienen afinidad con los buenos y los malos con los malos, donde se sigue que las cualidades morales del médium ejercen influencia capital sobre la naturaleza de los Espíritus que por él se comunican. 
En la última edición de la revista hablamos de cómo se da una comunicación mediúmnica; definimos también algunos términos doctrinarios ofrecidos por los Espíritus de la codificación o creados por Allan Kardec: ¡recordemos entonces! La palabra médium tiene su origen en el latín, con el significado de "medio", indicando precisamente el medio o el puente a través del cual los espíritus se comunican con los hombres. 
Asimismo, la mediumnidad tiene origen en la misma palabra médium, y se refiere a la facultad de hacer de intermediario, conviviendo entre todos los seres humanos, independientemente de sus cualidades morales o intelectuales. Sin embargo, cuanto mayor el grado de evolución moral del médium, más depurado será el filtro periespirítico y más productiva será la manifestación. 
Sea cual sea el tipo de manifestación mediúmnica, el periespíritu es siempre el principal elemento a ser considerado. El periespíritu es el principio de todas las manifestaciones. Su conocimiento es la clave para la explicación de una infinidad de fenómenos". El fenómeno mediúmnico ocurre, en gran parte, debido a la expansibilidad del periespíritu. Esta propiedad permite que el médium amplíe y agudice su sensibilidad, su campo de percepción, permitiendo un registro más apurado de la presencia y del pensamiento del comunicante. Es la expansibilidad del cuerpo espiritual que posibilita el desprendimiento inicial del espíritu, en dirección, eventualmente, al desdoblamiento (duplicación corpórea y bilocación). Eso se verifica en función de otra notable facultad del periespíritu, la bicorporiedad. Esta propiedad (así denominada por Allan Kardec), está relacionada con el fenómeno de desdoblamiento, que estudiaremos con más profundidad en próximas ediciones de la revista. 

miércoles, 5 de marzo de 2014

Biografía de El los mentores


Emmanuel 


Wellington Bossi , revista Visión Espírita n º 11


Emmanuel, es el principal guía espiritual del médium brasileño Francisco Cândido Xavier; más conocido por Chico Xavier. El Mentor fue senador romano en la época de Cristo, conocido como Publio Léntulus. Desde entonces hasta el presente reencarnó en las figuras del esclavo Nestorio, del Padre Manoel de Nóbrega (fundador de San Pablo) y del Padre Damián, reencarnado en España. La historia de Emmanuel, hasta donde conocemos, comenzó en la Roma antigua de los césares, donde el espíritu vivió como el senador Publio Léntulus Cornelius, descendiente de la antigua familia de senadores y cónsules de la república romana. En septiembre de 1938, Emmanuel dictó el siguiente mensaje al grupo de estudios espíritas de Pedro Leopoldo, a través de Chico Xavier: "Algún día, si Dios me lo permite, les hablaré del orgulloso patricio Publio Léntulus a fin de que aprendan algo de las dolorosas experiencias de un alma indiferente e ingrata. Esperemos con el tiempo, el permiso de Jesús". Semanas después Chico Xavier nos relata: ”Emmanuel cumplió la promesa de su autobiografía con el inicio del romance Hace 2000 añosMás tarde dictaría la continuación de su historia y la historia del cristianismo primitivo con 50 años después. A estos libros les siguieron otros y en 1947 alcanzábamos los 30 tomos. Quedamos muy contentos y, pregunté al Amigo Espiritual si la tarea estaba terminada. Él entonces contestó sonriendo: "Ahora comenzaremos otra serie de 30 volúmenes". En 1958 indagué nuevamente si el trabajo había finalizado. Los 60 libros estaban publicados y, yo me encontraba casi de mudanza para la ciudad de Uberaba, a donde llegué el 5 de enero de 1959. El gran bienhechor me explicó con paciencia: "Me preguntaste en Pedro Leopoldo si nuestra tarea estaba completa y, quiero informarte que los Mentores de la Vida Mayor (delante de los cuales debo también ser disciplinado), me advirtieron que debemos llegar al límite de los 100 libros". Quedé muy admirado y las tareas continuaron. Cuando alcanzamos el número de 100 volúmenes publicados; volví a consultarle sobre el término de nuestro compromiso. Emmanuel esclareció, con bondad: "Tranquilízate. Ahora tengo la obligación de decirte que los Mentores de la Vida Superior, que nos orientan, expidieron cierta instrucción que determina que tu actual reencarnación nos beneficia para la divulgación de los principios espiritas cristianos, permaneciendo tu existencia, desde el punte de vista físico, a disposición de las Entidades Espirituales que puedan colaborar en la ejecución del programa de mensajes y libros". Muy contrariado, le dije: "¿Entonces; debo trabajar en la recepción de mensajes y libros del mundo espiritual hasta el fin de mi vida actual?" "Sí, no tenemos otra alternativa", me aclaró Emmanuel. Naturalmente, impresionado con lo que decía, le volví a insistir: "¿Y si yo no quisiera; ya que la Doctrina Espírita nos enseña que somos portadores del libre albedrío para decidir nuestros propios caminos?" Emmanuel esbozó entonces una sonrisa de benevolencia paternal y me certificó: "La instrucción a la que me refiero es semejante a un decreto de desapropiación lanzado por autoridades de la Tierra. Si usted rehúsa el servicio al que me reporto, de dedicarnos al cristianismo revivido, según creo, los orientadores de esta obra, tendrían autoridad suficiente como para retirarte de tu actual cuerpo físico". Cuando oí esta declaración me calle para pensar en la importancia del asunto y, continué trabajando sin la menor expectativa de interrumpir o dificultar lo que pasé a 
llama llamar “Designios de Arriba”.


Fuente: web Federación Espírita Uruguaya




miércoles, 26 de febrero de 2014

Estudiando El Libro de los Espíritus


Encarnación de los Espíritus 



Wellington Bossi , revista Visión Espírita n º 11


"Nadie puede ver el reino de Dios sino aquel que renaciere de nuevo"


En la obra inicial de la doctrina espírita. En el libro segundo. Capítulo segundo. Allan Kardec pregunta a los espíritus sobre la finalidad de la encarnación, sobre qué es el alma y sobre el materialismo. Para comprender lo que quería decir el autor con tales preguntas, recordaremos algunos conceptos de los cuales hemos hablado en capítulos anteriores de la revista. Consideramos al ser humano como espíritu eterno. Es decir, después de la muerte del cuerpo, su espíritu sigue viviendo en el mundo espiritual. Existimos desde el comienzo de nuestra creación y evolucionamos poco a poco. Parte de nuestra existencia la pasamos encarnados (espíritu ligado al cuerpo físico). Antes y después de esa experiencia decimos solamente espíritu. En la pregunta 132. Kardec interroga a los espíritus:- ¿Qué objetivo tiene la encarnación? Ellos le contestan “… La acción de los seres corpóreos es necesaria a la marcha del universo. Pero con su sabiduría quiso Dios que en esa acción misma aquéllos encontraran un medio de progresar y acercarse a Él. Así, por una ley admirable de su providencia, todo se eslabona, todo es solidario en la Naturaleza.” Asimismo definen que todos los espíritus son creados simples e ignorantes, y se instruyen en las luchas y tribulaciones de la vida corporal. Siendo justo, Dios no podría hacer dichosos a algunos sin penas ni trabajos y, por lo tanto sin mérito. Así pues el hombre está formado por tres partes esenciales. Estas son: Primera. El cuerpo físico, o ser material, análogo al de los animales y animado por el mismo principio vital. Segundo: El alma, Espíritu encarnado cuya habitación es el cuerpo. Tercero: Periespíritu, sustancia semimaterial que sirve de primera envoltura al espíritu y une el alma con el cuerpo. 
La vida orgánica puede animar un cuerpo sin alma, pero ésta no puede habitar un cuerpo privado de vida orgánica. Hay personas que sólo ven en los seres orgánicos la acción de la materia y relacionan con ella todos nuestros actos. No han visto en el cuerpo humano más que la máquina eléctrica y, esto limita. El ser humano posee por instinto la convicción de que para él no todo termina junto con la vida. La nada le horroriza. En vano se han resistido los hombres al pensamiento del porvenir, pues cuando el supremo instante les llega, pocos dejan de preguntarse que qué será de ellos. Porque la idea de dejar la vida para siempre tiene algo de desgarrante. En efecto, ¿quién podría afrontar con indiferencia la perspectiva de una separación absoluta, eterna, de todo lo que amó? ¿Quién sería capaz de ver sin pánico abrirse ante él el inmenso abismo de la nada, adónde irían a sumergirse para siempre todas sus facultades y esperanzas?, y decirse: “¡Y qué! Después de mí, nada, sólo el vacío. Pronto no quedará huella alguna de mi paso por la Tierra; incluso el bien que haya realizado será echado al olvido por los ingratos que me lo deben. ¡Nada para compensar todo eso, ninguna otra perspectiva que la de mi cuerpo roído por los gusanos!” La doctrina Espírita viene a enseñarnos, cómo contribuir al desarrollo evolutivo de la humanidad dando una nueva perspectiva de la vida y la muerte. De quiénes somos, de dónde venimos y para dónde vamos. Pudiendo ser comprobada por los diferentes tipos de manifestaciones, e incluso, por algunas ciencias oficiales como la neurociencias cognitivas. 

 
Para saber más: 
Libro de los Espíritus (Libro Segundo - Cap. II) y 
El Evangelio según es Espiritismo (Cap. IV)



lunes, 10 de febrero de 2014

Biografía de mentores 


Memei "Irma de Castro"


Wellington Bossi, revista Visión Espírita nº 10


Meimei nació el 22 de Octubre de 1922, en la ciudad de Mateus Leme, Minas Gerais, Brasil. A los 2 años de edad su familia se trasladó a Itaúsa, también en el estado de Minas Gerais. Sus padres fueron Adolfo Castro y Mariana Castro. Tuvo cuatro hermanos, quedando huérfana de padre a los 5 años. Meimei fue desde bien pequeña, diferente a todos por su belleza física e inteligencia poco común. Era alegre, comunicativa, jovial y espontánea. En el entorno familiar la convivencia con Meimei fue para todos un regalo del cielo. Cursó con facilidad la primaria, matriculándose más tarde en la escuela de secundaria. 

Sin embargo adolecía de nefritis, una molestia que siempre la persiguió desde pequeña. Esta dolencia crónica se manifestó una vez más cuando cursaba con brillantez (era la alumna más destacada de la clase) el segundo curso de la enseñanza secundaria, obligándola a abandonar sus estudios. Gracias a su enorme inteligencia y avidez de conocimientos fue refinando su cultura a través de la buena lectura, fuente de perfeccionamiento de su espíritu. Allá donde iba se convertía en el centro de admiración, irradiaba belleza y encanto atrayendo la atención a su alrededor. Gracias a su sencilla modestia no se enorgullecía de las bellas dotes femeninas recibidas de Dios. Profundamente caritativa se aproximaba a los humildes con la limosna que podía ofrecer o con una palabra de cariño y estímulo. Pura, en su modo simple de ser y proceder, a pesar de ser extremadamente bella, no se distraía con las conquistas propias de su edad. Algún tiempo después, se mudó a Belo Horizonte en compañía de Alaide, una de sus hermanas, con el fin de buscar trabajo. Gozaba de un período de buena salud, pues su dolencia de nefritis iba y venía, ofreciéndole en ocasiones un atisbo de esperanza en que finalmente se habría curado. En esta época conoció a Arnaldo Rocha con quien se casó a los 22 años, disfrutando un lindo sueño de amor que duró dos años, cuando enfermó nuevamente. Estuvo acostada durante tres meses, víctima de la pertinaz dolencia. Tras una operación quirúrgica, un pequeño trozo permaneció alojado en su cuerpo originando un cuadro de dolorosas complicaciones que tuvo que afrontar, causando grandes perturbaciones renales que culminaron en hipertensión arterial y craneal. Sus pulmones no resistieron entrando en un proceso de edema agudo, que provocaba la expulsión de sangre por la boca. A pesar de todos los esfuerzos y desvelos del esposo y rodeada de médicos, Meimei falleció el 1 de Octubre de 1946. Los momentos finales fueron muy dolorosos. Sus últimos treinta minutos de vida fueron de desesperación y aflicción. Pero, al final de este cuadro, con el cese de la vida física, su cuerpo volvió a presentar la expresión de calma que siempre la caracterizó. Meimei fue enterrada en el cementerio de Bonfim en Bello Horizonte.
 
Unos cincuenta días tras la desencarnación de su esposa, Arnaldo Rocha que se encontraba profundamente abatido, paseaba acompañado por su hermano Orlando, que era espiritista, cuando toparon con el médium Chico Xavier. 
Excepto por un encuentro fugaz unos diez años antes, entre Chico y Arnaldo, cuando éste apenas contaba con doce años, en que fueron presentados muy rápidamente, no tuvo otro nuevo encuentro hasta entonces. Sin embargo lo que ocurrió en ese momento, cambio completamente su vida. En palabras de Arnaldo narrando lo ocurrido: "Chico me oyó y dijo: “Familia, es nuestro Arnaldo, está triste, débil, lleno de nostalgia de nuestra Meimei”, abrazándome, con la ternura que le es propia me fue diciendo: “Déjeme ver, hijo mío, el retrato de nuestra Meimei que guarda usted en la cartera.” Y, de esta forma, después de mirar la foto que Arnaldo le mostró, Chico le dijo: “Nuestra querida princesa Meimei quiere hablarte mucho”." Y aquella noche, en una reunión realizada en la casa de los amigos espíritas de Bello Horizonte, Meimei transmitió su primer mensaje psicografiado. Con el paso de los años, Chico fue revelando a los amigos más cercanos que Meimei era la misma Blandina citada por Andre Luiz en la obra “Entre la Tierra y el Cielo” (capítulos 9 y 10) que vivía en la ciudad espiritual “Nuestro Hogar”; dijo también que ella es la misma Blandina, hija de Thaciano y Helena, quien Emmanuel describe en el romance “Ave Cristo” y que vivió en el tercer siglo después de Jesús. 
Es preciso aclarar que “Meimei” era el apelativo cariñoso de Irma, cuyo marido Arnaldo, decidió usar tras la lectura de un cuento de un autor americano, titulado “Un momento en Pekín”. 
Meimei es autora de varios libros psicografiados por Chico Xavier, entre ellos: “Padre Nuestro”, “Amistad”, “Palabras del Corazón”, “Dios Aguarda”, “Madre”, “Evangelio en Casa”, “Cartilla del bien” etc. y, no obstante, tan poco conocida por los testimonios que tuvo que dar durante su vida, Irma de Castro que es su nombre de bautismo, fue un ejemplo de resignación ante el dolor, que le arrebató todos los placeres que la vida le podría permitir a una joven llena de sueños y esperanzas. 


Fuente: Mofra - Texto de Arnaldo Rocha. 
Parte del libro "Chico Xavier - Mandato de Amor". União Espírita Mineira - Belo Horizonte, 1992. 



miércoles, 5 de febrero de 2014

Ciencia y Espiritismo


Sonambulismo


 por J. Levy y W. Boss, revista Visión Espírita nº 10


Según La Medicina, las personas que presentan sonambulismo (un trastorno del sueño clasificado como parasomnia), también llamado noctambulismo, desarrollan actividades motoras que pueden ser sencillas o complejas. Un individuo sonámbulo puede salir de la cama, caminar, orinar o incluso salir de su casa. Es difícil despertarlos aunque, en contra de lo que se cree comúnmente, no resulta peligroso. El sonambulismo se produce durante las fases 3 o 4 del sueño, es decir, la etapa denominada sueño lento o sueño de ondas lentas (SOL). Su causa es desconocida y no existe ningún tratamiento eficaz. A la persona que presenta estos síntomas se le denomina sonámbulo/a. 
Se cree, erróneamente, que el sonambulismo es la conversión, en el estado de vigilia, de los movimientos físicos que efectúa el individuo en las escenas que está realizando durante su sueño. Pero la realidad es que el sonambulismo se presenta durante las horas de la noche en las que aún no se ha presentado la etapa o fase de movimientos oculares rápidos (MOR o REM), que es aquella en la que sí suelen presentarse los sueños. Actividades como leer un libro, limpiar, caminar, etc., son las que pueden realizar. y es exactamente igual a que la persona despierte en su cama. Los sonámbulos realizan sus actividades con los ojos abiertos de manera que pueden explorar sus alrededores, y no con sus ojos cerrados y sus brazos extendidos , como se los muestra a menudo en parodias de dibujos animados o películas, o pueden tener los ojos hacia arriba (debido a la adaptación natural del cuerpo a no recibir luz en el acto del dormir). Gabriel Delanne, en su obra El Espiritismo delante de la Ciencia, relata “la historia de un joven sacerdote que se levanta todas las noches, iba hasta su escritorio, componía sermones y volvía a acostarse. Cuando terminaba una página, la leía en voz alta, desde el principio al fin.” 
Que el cura no veía ni leía con el auxilio de los ojos quedó probado por algunos de sus amigos, que queriendo verificar si él dormía, se pusieron a vigilarlo y cierta noche que se levantó y estaba escribiendo, interpusieron entre sus ojos y el papel, un grueso cartón, que no impidió que continuara escribiendo ni que después leyera todo el escrito. Lo que acontece, por lo tanto, en el sonambulismo, en forma análoga a lo que ocurre en el sueño común, es que su alma se emancipa y ve con los ojos del Espíritu, con la particularidad de que, aunque esté fuera de él, prosigue ejerciendo una fuerza sobre el cuerpo en reposo y que se manifiesta por una acción rectora totalmente ajena a los sentidos corporales, es decir el alma está en vela mientras el cuerpo duerme. 
¿El sonambulismo natural puede tener alguna relación con el sueño? 
Según los Espíritus de la codificación, “Es un estado de independencia del Espíritu, más 
completo que el del sueño, estado en que en mayor amplitud adquieren sus facultades. El alma tiene entonces percepciones que no tiene durante el sueño, que es un estado de sonambulismo imperfecto.” 
Todas las consideraciones hechas hasta aquí son referentes al sonambulismo natural, es decir, el que se manifiesta espontáneamente en algunos individuos. Existe, sin embargo, el sonambulismo animal. El sonambulismo magnético, como se le llama, fue introducido en Francia por el médico austriaco Franz Antón Mesmer, atendiendo a fines curadores. Fue uno de los discípulos de Mesmer el Marqués de Puysegur, quien descubrió el sonambulismo en individuos magnetizados. 
A pesar de que los sonámbulos vean con los ojos del alma, no siempre ven todo, pudiendo equivocarse al respecto. Esto ocurre, según nos dicen los espíritus superiores, porque “en primer lugar, a los Espíritus imperfectos no les es dado ver todo ni saber todo. Y luego cuando están unidos a la materia, no gozan de todas sus facultades de Espíritu.” 
En casos cuando el sonámbulo obra según la orientación de otros Espíritus, se caracteriza una acción mediúmnica, porque él (él sonámbulo) es instrumento de otras inteligencias. Es pasivo y lo que dice no previene de sí mismo. En resumen, el sonámbulo revela un hecho anímico cuando expresa su propio conocimiento, mientras que el médium sonámbulo manifiesta el conocimiento de otro. 
¿Cuál es el origen de las ideas innatas del sonámbulo y como puede hablar con exactitud de cosas que ignora cuando está despierto, de cosas que hasta están por encima de su capacidad intelectual? Es porque el sonámbulo posee más conocimientos de los que suponemos. Sólo que dichos conocimientos están adormecidos, porque por ser demasiado imperfecto, su envoltorio corporal no le permite recordarlos. 
¿Qué es, al fin, un sonámbulo? Un espíritu como nosotros, que se encuentra encarnado en la materia para cumplir su misión, despertando de esa letárgia cuando cae en estado de sonambulismo.