Biografía de los Mentores
Bezerra de Menezes
Wellington Bossi, revista Visión Espírita nº 7
El 29 de agosto de 1831 nació Adolfo Bezerra de Menezes Cavalcanti, en la ciudad de “Riacho do Sangue” (hoy Jaguaterama), en el Estado de Ceará, Brasil. Educado en los patrones más rígidos de la religión católica, el joven Adolfo sería conocido como el médico de los pobres. En 1851, con la muerte de su padre, se traslada a la ciudad de Río de Janeiro, donde al año siguiente entra como practicante interno en el hospital de la Santa casa da Misericordia. Para mantener sus estudios daba clases de filosofía y de matemáticas. Se doctoró en 1856 en la facultad de Medicina, con la tesis: “Diagnóstico del cáncer”. Se candidató al cuadro de miembros titulares de la Academia Imperial de Medicina, con la obra “Algunas consideraciones sobre el cáncer, relativas a su tratamiento”, entrando a formar parte de la misma el 1 de julio de 1857.
En 1858 fue nombrado “cirujano teniente”, también
siendo redactor de los “Anuales Brasilienses de Medicina”.
El 6 de noviembre de 1856 se casó con María Cândida de Lacerda, que muere el 24 de marzo de 1863, dejando dos hijos a cargo de Bezerra.
En 1863 inicia su carrera política, que duraría hasta 1885, pasando por distintos cargos, incluido el de presidente del Ayuntamiento de la ciudad del Río de Janeiro, sin tener nada que le deshonrara en la vida pública. Desarrolló en el Ayuntamiento un gran trabajo a favor del municipio neutro, es decir, a favor de los humildes y de los más necesitados. Fue socio fundador de la Compañía de Ferrocarriles de Macaé y Campos, promovió el desarrollo de otras líneas y fue director de la Compañía Arquitectónica de Vila Isabel, entre otros proyectos empresariales. Acumuló numerosos homenajes por sus trabajos. Durante la campaña abolicionista, con espíritu prudente y ponderado, escribió: “La esclavitud en Brasil y las medidas que conviene sostener para extinguirla sin hacer daño a la nación”. Entre otras publicaciones fue redactor del periódico “Sentinela da Liberdade”.
Conoció el Espiritismo en 1875, a través de El libro de los Espíritus, ofrecido personalmente por su traductor Dr. Joaquim Carlos Travassos. Y el 16 de agosto de 1886, delante de la más “alta sociedad”, declara ser espírita, ganándose el derecho a una nota pública en el periódico más importante de la época “O Pais”.
Se dedicó a curar a los enfermos y a los pobres sin cobrarles nada. Aunque tenía un cierto nivel de vida inicialmente, no le quedada casi nada al final de la ¡misma, porque todo lo que poseía lo utilizaba para el auxilio de los enfermos que venían de todas las partes del país solicitándole ayuda.
Cuando acabaron sus finanzas, utilizó la única cosa que le quedaba con cierto valor, el anillo de conclusión del curso de medicina, con el cual pudo salvar la vida de una niña pobre y enferma.
El Dr. Bezerra de Menezes fue presidente de la Federación Espirita Brasileña, escribió varios libros importantes en el medio espírita, fue traductor del libro Obras póstumas, y defendió la libertad de los derechos de los espíritas en ciertos artículos del código penal brasileño. Desencarnó el 11 de abril de 1900, volviendo a ser primera página en el periódico “O Pais”, y homenajeado como “eminente brasileño”.
Cuenta la espiritualidad, que cuando llegó Bezerra al plano espiritual, emitía una inmensa luz. Recibido por Celina, un espíritu muy evolucionado que trabaja directamente con Nuestra Señora la Madre de Jesús, le invitó a estar en el plano más elevado a lado de ella, pero Celina se sorprendió con la actitud de Bezerra: éste se puso de rodillas y le pidió que si poseía algún mérito prefería utilizarlo para permanecer en contacto con su patria natal, Brasil, en cuanto existiese en él una lágrima de dolor por consolar. Celina confirmó el pedido, se fue y regresó con la respuesta. Si estaba seguro de que era ese su mayor deseo, María le concedía 100 años para estar realizándolo. Así empezó a trabajar con varios médiums, orientando y disminuyendo el sufrimiento.
En el año 2000, el mundo espírita aguardaba con el interrogante: y ahora que pasaron los 100 años, ¿que pasará? Y con la gracia de Dios y el permiso de Nuestra Señora, el venerable Bezerra de Menezes prosigue con su trabajo de auxilio y de caridad en los planos superiores y en la tierra.
“Servimos para merecer y merecemos para servir cada vez más.”
Bezerra de Menezes