domingo, 11 de septiembre de 2011

La Glándula Pineal y La Mediumnidad
Por Wellington Bossi y Jonathan Levy

Consideramos muy importantes e interesantes los conocimientos del Dr. Sergio Felipe de Oliveira, médico y científico brasileño especializado en la glándula pineal, la física cuántica y otras ramas de la ciencia. Sus enseñanzas se fundamentan en la unión de conocimientos ancestrales de la humanidad por un lado, y la ciencia moderna, por otro, combinados con el mecanismo de la racionalidad pura y simple. En las conferencias y en las cátedras que imparte por el mundo entero, con un lenguaje sencillo y accesible, nos abre las puertas a nuevas dimensiones de la conciencia. El Dr. Oliveira trabajó durante cuatro años en el Departamento de Física y Matemática de la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Fue su formación espírita la que le influenció decisivamente en la búsqueda de la espiritualidad dentro del área médica, poniendo en práctica la visión espírita sobre la necesidad de trabajar conjuntamente Ciencia y espiritismo. La glándula pineal funciona como un receptor sensorial que posee un papel decisivo en la telepatía y, por lo tanto, es imprescindible para el funcionamiento y desarrollo de la mediumnidad.
Hace 400 años, René Descartes mencionó que el lugar en donde el alma se une al cuerpo es la glándula pineal. Los hindúes lo mencionan desde hace miles de años. En los Estados Unidos el tema “Salud y Espiritualidad” surge como una reivindicación de la población, la cual disfruta de un sistema muy accesible a las políticas del gobierno. El Instituto Nacional de la Salud de los Estados Unidos prohibió las prácticas espirituales en la salud, sin embargo, los ciudadanos discreparon ante tal decisión, por considerar que era una prohibición carente de pruebas, además de no haber dado ninguna alternativa, ya que la medicina formal no cura todas las enfermedades. Gracias a la presión social, el gobierno de ese país fue obligado, jurídicamente, a atender a la población, y comenzaron a desarrollar investigaciones que posibilitaron una nueva aproximación entre la espiritualidad y la práctica médica, incorporando en esta simbiosis los criterios de la ética médica y el rigor del método científico.
Actualmente, más de cincuenta universidades en los Estados Unidos tienen Salud y Espiritualidad en sus asignaturas. Si los colegios médicos no observan la importancia de desarrollar este tipo de investigación, continuaremos condenados a quedar en manos de personas guiadas por la superstición u otras prácticas basadas en fundamentos frágiles e incluso de dudosa reputación. La enfermedad debe ser interpretada bajo aspectos patológicos, psicológicos y espirituales, teniendo en consideración el medio ambiente.
Dr. Sérgio Felipe de Oliveira
La tesis de profesorado del Dr. Oliveira versó sobre la estructura de la glándula pineal humana. Ésta es la glándula más misteriosa del cuerpo humano y queda localizada exactamente en el centro del cerebro. Era llamada por los antiguos filósofos “la sede del alma” y “el controlador del pensamiento”. La glándula pineal es el órgano sensorial encargado de captar información sutil, por ejemplo lo que otro siente, sea ese otro un Espíritu encarnado o desencarnado. Gestiona también todos los ciclos o ritmos del organismo relacionados con el medio ambiente (los llamados ciclos circadianos, de vigilia y sueño). Un mal funcionamiento de esta glándula puede causar la desarmonía de esos ciclos. Y viceversa. Un sujeto que lleva una vida desequilibrada, provocará trastornos en su glándula pineal. El Dr. Oliveira afirma que existe una sincronicidad entre algunas personas, relacionada con la telepatía, es decir, cuando uno piensa lo que el otro está pensando. Lo que también tiene que ver con afinidad de almas, ya que la sintonía por afinidad positiva lleva a una integración, y puede llevar a una repulsión si la sintonía es negativa. Si una persona entra en sintonía con otra que tiene energía negativa, la refuerza y acaba formando parte de esa psico-esfera. Pero si no entra en sintonía con la otra persona conseguirá mantener una defensa. Está comprobado científicamente que la glándula pineal convierte ondas electromagnéticas en estímulos neuroquímicos. Quien probó eso fueron los cien-tíficos Vollrath y Semm, que tienen artículos publicados en la revista científica Nature, de 1988. La parapsicología dice que estos campos electromagnéticos pueden afectar a la mente humana.
El Dr. Michael Persinger, de la Laurentian University, en Canadá, hizo experimentos con un casco que emitía ondas electromagnéticas en los lóbulos temporales. Las personas sometidas a esas experiencias tuvieron “visiones” y sintieron presencias espirituales. El Dr. Persinger atribuyó esos fenómenos a la influencia de esas ondas electromagnéticas.
La pineal forma cristales de apatita, independientemente de la edad de la persona. Estos cristales tienen que ver con el perfil de la función de la glándula. Un niño puede tener estos cristales en gran cantidad, en cuanto un adulto puede no tener nada. Percibimos, por las investigaciones, que cuando un adulto posee muchos cristales, tiene más facilidad para absorber el campo electromagnético y ésta absorción rebota de un cristal a otro; entonces presenta más facilidad para el fenómeno de incorporación. Es posible visualizar estos cristales en la tomografía y, observamos en cambio, que cuando el paciente tiene mucha facilidad para el desdoblamiento, él no presenta estos cristales.

La Medicina del Cuerpo y del Alma
P o r  W e l l i n g t o n B o s s i  y J o n a t h a n L e v y.

La medicina es una de las ciencias que más ha contribuido a la mejora de la calidad de vida de la humanidad, teniendo por objeto la conservación y el restablecimiento de la salud. Lucha esforzadamente en contra de la muerte y por el mantenimiento de la vida orgánica. Cada nuevo descubrimiento nos lleva a la conclusión lógica de que todavía nos falta mucho para el conocimiento completo de la complejidad física del cuerpo humano. La medicina ofrece todo un arsenal de fármacos, cirugías y otros tratamientos para el control de numerosas dolencias, y ha progresado acelerada-mente en el campo del diagnóstico a través de la ayuda que la tecnología le brinda en sus diferentes ramas. La medicina se ha desarrollado a tal punto de encontrar las causas moleculares, infecciosas y genéticas de las enfermedades.
El Espiritismo, como ciencia, trata del origen, naturaleza y destino de los Espíritus, de su relación con el mundo físico y de todas las consecuencias morales que de estas relaciones se desprenden; tiene mucho que aportar para la comprensión integral del ser en sus aspectos físico, fluídico y espiritual, y la forma como cada uno de estos niveles interactúan en los procesos de salud y enfermedad. Si la medicina estudia la fisiología del cuerpo, el Espiritismo estudia la fisiología del alma, desentrañando de ella las causas profundas de muchas patologías que el ser humano experimenta. El Espiritismo busca aliviar el dolor y el sufrimiento moral de las criaturas por medio de terapias dirigidas al Espíritu y procura la salud integral escindiendo del alma los núcleos patológicos que ella tenga.
Foto Película Nestro Hogar
El Espiritismo comprende que el verdadero proceso curativo se establece de adentro hacia afuera. El Espiritismo sostiene que las causas de las enfermedades son antes de nada espirituales y provienen, en ocasiones, de causas que encontramos en vidas pasadas, que por ley de causa y efecto los humanos en su transcurrir evolutivo generan y experimentan. Así mismo, ofrece la profilaxis más segura y eficaz para las enfermedades a través de la reforma íntima del ser en base a los parámetros de la ley del amor que Jesús nos dio. También, profundiza sobre la interacción constante del mundo espiritual sobre el físico, de los Espíritus en los tejidos de la mente humana. A diferencia de la medicina, el Espiritismo no ve en la muerte la antítesis de la vida, sino la continuidad de la misma, en la dimensión espiritual correspondiente que LA PERSONA se haya hecho acreedora.
El Espiritismo nos enseña que los tratamientos médico-quirúrgicos aunados a la fe divina, constituyen una potente fuerza terapéutica para el paciente. Ofrece, además, el remedio del amor, cuyos efectos fisiológicos no han sido completamente estudiados por la ciencia. El Espiritismo busca que el médico-espírita desarrolle su capacidad intuitiva para ponerla al servicio de la comprensión íntima de sus pacientes. Si la medicina analiza todos los fenómenos en esta dimensión espacio-tiempo, el Espiritismo amplía estos horizontes para comprender la multi-dimensionalidad en la que vivimos. Así, como la física estudia las leyes que rigen el mundo y el universo, y así como la medicina estudia las leyes de la fisiología que rigen el organismo, el Espiritismo estudia las leyes morales y espirituales que rigen la humanidad.
El Espiritismo es una ciencia enteramente dedicada al bien, con sus bases fundamentadas en el Evangelio, en las leyes de la creación y en la comunicabilidad de los Espíritus. Reconoce el respeto a la vida desde el momento de la concepción y condena su interrupción, respetando y teniendo en cuenta la complejidad y la delicadeza que envuelve a cada caso en particular. Reconoce el principio de inmortalidad y la reencarnación. El ser no es nuevo al nacer. Reconoce el libre albedrío, y que los seres humanos están sujetos a las consecuencias de sus propias acciones, buenas o malas. Aclara que las enfermedades son, además de consecuencia de las transgresiones de las leyes naturales, el resultado de los compromisos asumidos por el propio Espíritu o impuestos por la justicia divina. En el concepto cristiano, la enfermedad representaría un estado relacionado con la propia imperfección moral. Las desigualdades orgánicas vienen dadas como consecuencia de las desigualdades morales-espirituales.
 Gracias a Allan Kardec y a otros autores posteriores, los Espíritus nos relatan en numerosas obras la relación existente entre la materia, el espíritu y el periespíritu. Algunos autores traen definiciones y relatos de la vida espiritual, como por ejemplo, el Espíritu Joseph Gléber en su libro Medicina da alma, psicografiado por el médium Robson Pinheiro; y el Espíritu André Luiz, en la obra Nuestro Hogar, psicografiada por el médium Francisco Cândido Xavier…

martes, 6 de septiembre de 2011

Estudiando "El libro de los Espíritus"

Las tres Revelaciones
Por Nominato Pires

Hay una secuencia histórica que no podemos olvidar al tomar este libro en las manos. Cuando el mundo se preparaba para salir del caos de las civilizaciones primitivas, apareció Moisés, como el conductor de un pueblo destinado a trazar las líneas de un nuevo mundo. Moisés, nos explica Kardec, “reveló a los hombres el conocimiento de un Dios único y soberano, Maestro y Creador de todas las cosas; promulgó la ley del Sinaí y asentó los fundamentos de la ley verdadera; como hombre, fue el legislador del pueblo por el cual esta fe primitiva, depurándose, debía un día difundirse sobre la Tierra”.
Más tarde, cuando su influencia ya había modelado un pueblo y cuando este pueblo ya se dispersaba por todo el mundo, esparciéndose la nueva ley, apareció Jesús; y de sus palabras recogidas por los discípulos surgió el Evangelio. En la revelación de Moisés se fundieron los principios sagrados y las grandes leyendas religiosas de los pueblos antiguos. La Ley Mosaica sintetiza los esfuerzos de la antigüedad rumbo al espíritu. No es de extrañar que se presente muchas veces asustadora y contradictoria para el hombre moderno.
El Evangelio es la codificación de la segunda revelación cristiana, la que brilla en el centro de la tríada de estas revelaciones, teniendo la figura del Cristo como el sol que ilumina las otras, que lanza su luz sobre el pasado y el futuro, estableciendo entre ambas las conexiones necesarias. Sin embargo, así como en la antigüedad ya se anunciaba el Evangelio, también en éste aparecía la predicción de una nueva revelación, la del Espíritu de Verdad, como se ve en Juan, cap. XIV. El nuevo código que surgió fue materializado por Allan Kardec, en el momento exacto en el que el mundo se preparaba para entrar en una nueva fase superior de su desarrollo. Cada fase de la evolución se de todas sus realizaciones.
La ley de Moisés es la síntesis de la antigüedad, el Evangelio es la del mundo greco-romano-judaíco, y la codificación kardecista, del mundo moderno. Pero cada síntesis no sólo trae en sí los resultados de la evolución realizada; también contiene los gérmenes del futuro. En la síntesis evangélica tenemos que considerar, sobre todo, la presencia del Mesías como una intervención directa de lo Alto para la reorientación del pensamiento terreno. Gracias a esta intervención, los principios evangélicos pasan para las páginas de este libro, como las vigas maestras de la edificación de la nueva era.

Fuente: http://www.ceads.kardec.es/visio_espirita/2010/Visi%F3%20Esp%EDrita%20201004%20N002.pdf

Estudiando "El libro de los Espíritus"

La legitimidad del
Libro de los Espíritus
Texto de J. Herculano Pires

Herculano Pires
Al publicar en 1868 La Génesis, pudo Kardec subrallar que El Libro de los Espíritus, dado a publicidad once años antes, continuaba siendo tan sólido como entonces. Ninguno de sus principios fundamentales había sido conmovido por la experiencia. Todos permanecían en pie. Hoy en día, a más de cien años de distancia, si el Codificador viviera aún entre nosotros podría seguir diciendo lo mismo. Y esto, en un siglo en el que el mundo se transformó de una manera vertiginosa, en el que la ciencia positiva fue trastocada de un extremo al otro, en que las concepciones filosóficas han experimentado tremendos impactos. Conceptos hay que a primera vista parecieran haber sido desmentidos, o al menos, puestos en duda por la ciencia. Tal el caso, por ejemplo, del Fluido Universal.
En realidad, el desarrollo de la ciencia se opera con exactitud en dirección a los principios espíritas. La desintegración de la materia por la física nuclear, la concepción de la materia como concentración de energía, la percepción cada vez más clara de una estructura matemática del Universo, la conclusión a que algunos científicos se han visto obligados a arribar, de que detrás de la energía parece existir otra cosa, que sería el pensamiento.
Todo esto nos demuestra que asistía razón a Kardec al proclamar que ni Dios ni la religión auténtica ni, en consecuencia, el Espiritismo, tienen nada que perder con el adelanto de la ciencia. Esa seguridad de los principios espíritas deriva de la legitimidad de la fuente espiritual del presente libro, de la pureza de sus medios de transmisión mediúnmica y de la precisión del método kardeciano.
La fuente, según se ve por la espontánea e inesperada revelación del Espíritu de la Verdad a Kardec, y según los apuntes autobiográficos contenidos en sus Obras Póstumas, así como por la confirmación ulterior de tantos otros Espíritus, y también como se puede comprobar lógica e históricamente por el proceso de restablecimiento del Cristianismo que el Espiritismo lleva a cabo, es la misma de que procedió aquél. No se trata tan sólo de Kardec, ni de tal o cual Espíritu en particular, como tampoco de un grupo de hombres, sino que es toda una falange del Espíritu de la Verdad, enviada a la Tierra en cumplimiento de la promesa de Jesús, la que constituye la fuente espiritual de El Libro de los Espíritus.

Estudiando "El libro de los Espíritus"

Historia del Libro de los Espíritus
Por Nominato Pires

Con este libro surgió en el mundo el Espiritismo. Su primera edición fue lanzada el 18 de abril de 1857, en París, por el escritor E. Dentu, establecido en el Palais Royal, Galérie d’Orleans 13. Tres noveda-des, a la manera de la trinidad druida (pasado, presente y futuro), aparecieron con este libro: la DOCTRINA ESPIRITA, la palabra ESPIRITISMO que la designaba, y el nombre ALLAN KARDEC, proveniente del pasado celta de las Galias.
La primera novedad era presentada como antigua, en virtud de representar la eterna realidad espiritual, sirviendo de fundamento a todas las religiones de todos los tiempos: la Doctrina Espírita. Era, entretanto, la primera vez que aparecía íntegra, gracias a la revelación del Espíritu de la Verdad prometida por Cristo. La segunda era un neologismo (palabra nueva) creado por Kardec, que desde aquel momento fue integrado en la lengua francesa y en los demás idiomas del mundo. La tercera representaba la resurrección del nombre de un sacerdote druida desconocido.
La manera en la que el libro fue escrito también fue novedosa. El profesor Denizard Hippolyte Léon Rivail (Allan Kardec) hacía preguntas que eran respondidas por los Espíritus, bajo la dirección del Espíritu de la Verdad, a través de un instrumento llamado “cestita de pico”. Las médiums, dos jóvenes de 16 y 14 años, Caroline Baudin y Julie Baudin respectivamente, colocaban las manos en los laterales de la cesta y el lápiz escribía en una pizarra, gracias
a la acción de los Espíritus. Con el mismo método el libro fue revisado por el Espiritu de la Verdad, con la colaboración de los más de diez médiums que prestaron concurso en esta obra. Este libro es, por lo tanto, el resultado de un trabajo colectivo y conjunto entre el Cielo y la Tierra.
Allan Kardec
El 16 de marzo de 1860 fue publicada la segunda edición, enteramente reestructurada y ampliada por Kardec, bajo la constante orientación del Espíritu de la Verdad. La primera edición fue el primer impacto de la Doctrina Espírita en el mundo, preparando el ambiente para la segunda, que la completaría. Toda la Doctrina está contenida en este libro, de forma sintética, y posteriormente desarrollada en los demás volúmenes de la Codificación. Está escrito en la forma de diálogo, como en la Filosofía Clásica, y en un lenguaje claro y simple, para facilitar la divulgación popular. Este libro es un verdadero tratado filosófico que comienza por la Metafísica, desarrollando en nuevas perspectivas la Ontología, la Sociología, la Psicología, la Ética y estableciendo vínculos históricos entre las fases de la evolución humana en sus aspectos biológico, psíquico, social y espiritual.
Sus enseñanzas, postulados y revelaciones mediúnicas nos ayudan a tomar conciencia de nuestra realidad espiritual. Con este objetivo, el libro versa sobre la inmortalidad del alma, la naturaleza de los Espíritus y sus relaciones con las personas encarnadas, las leyes morales, la vida presente, la vida futura y el porvenir de la Humanidad – según las enseñanzas dadas por los Espíritus Superiores.

Fuente: http://www.ceads.kardec.es/visio_espirita/2010/Visi%F3%20Esp%EDrita%20201001%20N001.pdf

lunes, 5 de septiembre de 2011



Lo que es menester hacer para salvarse. Parábola del buen samaritano. - El mayor de los mandamientos. - Necesidad de la caridad según San Pablo. - Fuera de la Iglesia no hay salvación. - Sin la verdad no hay salvación. - Instrucciones de los espíritus: Sin caridad no hay salvación.

 Lo que es menester hacer para salvarse. Parábola del buen samaritano. Y cuando viniere el hijo del hombre ea su majestad, y todos los ángeles con él, se sentará entonces sobre el trono de su majestad.-Y serán todas las gentes ayuntadas ante él, y apartará los unos de los otros, como el pastor aparta las ovejas de los cabritos. - Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a la izquierda.
Entonces dirá el Rey a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, poseed el reino que os está preparado desde el establecimiento del mundo porque tuve hambre, y me disteis de comer: tuve sed, y me dísteis de beber: era huésped, y me hospedásteis. - Desnudo, y me cubrísteis: enfermo, y me visitásteis: estaba en la cárcel, y me vinísteis a ver.
Entonces le responderán los justos, y dirán: Señor ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer: o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos huésped y te hospedamos: o desnudo y te vestimos, o cuándo te vimos huésped o en la cárcel y te fuimos a ver? - Y respondiendo el Rey, les dirá: En verdad os digo, que en cuanto lo hicísteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicísteis.
Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: Apartáos de mí, malditos al fuego eterno, que está aparejado para el diablo y para sus ángeles. Porque tuve hambre y no me dísteis de comer, tuve sed y no me dísteis de beber. - Era huésped, y no me hospedásteis; desnudo y no me cubrísteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitásteis.
Entonces ellos también le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o huésped, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel y no te servimos? - Entonces les responderá diciendo: En verdad os digo: que en cuanto no lo hicísteis a uno de estos pequeñitos ni a mí lo hicísteis. E irán éstos al suplicio eterno: y los justos a la vida eterna (San Mateo, cap. XXV, v. de 31 a 46). Y se levantó un doctor de la ley, y le dijo por tentarle: Maestro, ¿qué haré para poseer la vida eterna? - Y él le dijo: ¿En la ley, qué has escrito? ¿Cómo lees? El respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo corazón, y de toda tu alma, y de toda tus fuerzas, y de todo su entendimiento, y a tu prójimo como a tí mismo. - Y le dijo: Bien has respondido, haz eso y vivirás.
Mas él, queriéndose justificar a si mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Y Jesús, tomando la palabra, dijo: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y dió en manos de unos ladrones; los cuales le despojaron: y después de haberlo herido le dejaron medio muerto y se fueron. - Aconteció, pues, que pasaba por el mismo camino un sacerdote, y cuando le vió, pasó de largo. - Y así mismo un levita, llegando cerca de aquel lugar y viéndole pasó también de largo. - Mas un samaritano que iba por su camino, se llegó cerca de él, y cuando le vió, se movió a compasión. - Y acercándose le vendó las heridas, echando en ellas aceite y vino, y poniéndolo sobre su bestia, lo llevó a una venta, y tuvo cuidado de el. - Y otro día sacó dos denarios y los dió al mesonero y le dijo: Cuídamele: y cuanto gastares de más yo te lo daré cuando vuelva.
¿Cuál de estos tres te parece que fué el prójimo de aquel que dió en manos de los ladrones? - Aquél, respondió el doctor, que usó con él de misericordia. Pues vé, le dijo entonces, Jesús, y haz tú lo mismo. (San Lucas, cap. X, v. de 25 a 37).  Toda la moral de Jesús se resume en la caridad y en la humildad, es decir, en las dos virtudes contrarias al egoísmo y al orgullo. En todas sus enseñanzas, manifiesta que estas virtudes son el camino de la eterna felicidad. Bienaventurados, dice, los pobres de espíritu, es decir, los humildes, porque de ellos es el  reino de los cielos; bienaventurados los que tienen el corazón puro; bienaventurados los que son mansos y pacíficos; bienaventurados los que son misericordiosos; amad a vuestro prójimo como a vosotros mismos; haced a los otros lo que quisiérais que hiciesen con vosotros; amad a vuestros enemigos; perdonad las ofensas, si queréis que os perdonen; haced el bien sin ostentación; juzgaos vosotros mismos antes de juzgar a
los otros. Humildad y caridad, esto es lo que no cesa de recomendar y de lo que El mismo da el ejemplo: orgullo y egoísmo, esto es lo que no cesa de combatir pero hace
aún más que recomendar la caridad, la plantea con claridad y en términos explícitos como condición absoluta de la felicidad futura.
En el cuadro que presenta Jesús del juicio final, es menester, como en otras muchas cosas, atender a la parte figurada y a la alegórica. A los hombres a quienes hablaba, aun incapaces de comprender las cosas puramente espirituales, debía presentar imágenes materiales, penetrantes y capaces de impresionar para que fuesen mejor aceptadas no debía apartarse mucho de las ideas que aceptaban; en cuanto a la forma, reservando siempre para el porvenir la verdadera interpretación de sus palabras y de los puntos sobre los cuales no podía explicarse con claridad. Mas al lado de la parte accesoria y figurada del cuadro, hay una idea dominante, la de la felicidad que espera al justo y de la desgracia reservada al malo.
En este juicio supremo, ¿cuáles son los considerandos de la sentencia? ¿Sobre qué se informa? ¿Pide, acaso, el juez, si se ha llenado tal o cual formalidad, observando más o menos tal o cual práctica exterior? No; sólo se informa de una cosa: de la práctica de la caridad, y pronuncia diciendo: Vosotros que habéis socorrido a vuestros hermanos, pasad a la derecha; vosotros que habéis sido duros para ellos, pasad a la izquierda. ¿Se informa, acaso, de la ortodoxia de la fe? ¿Hace una distinción entre el que cree de un modo y el que cree de otro? No, porque Jesús coloca al samaritano, considerado como hereje, pero que tiene el amor al prójimo, sobre el ortodoxo que falta a la caridad. Jesús no constituye a la caridad en una de las condiciones para la salvación, sino en condición única; si se hubiesen de cumplir otras, las hubiera expresado. Si colocó la caridad en primera línea entre las virtudes, es porque implícitamente encierra todas las otras: la humildad, la mansedumbre, la benevolencia, la indulgencia, la justicia, etc., y porque es la negación absoluta del orgullo y del egoísmo.

Extraído del Evangelio Según el Espiritismo, de Allan Kardec.