por Janaina de Oliveira.
El sábado 28 de abril, como veníamos anunciando desde hace semanas, celebramos la X Jornada Espiritista de Barcelona. Esta es la gran fiesta de la familia CEADS, que invierte meses de preparación, trabajo, estudio, ilusión y mucho amor en la realización del evento. Nuestro objetivo es ambicioso: cultivar luz, compartir los esclarecimientos de la doctrina espírita, ofrecer lo mejor de nosotros mismos, como grupo y como espíritus en evolución. Nuestra recompensa es saber que encarnados y desencarnados han tenido una oportunidad de encontrar consuelo, orientación y esperanza para enfocar su inmortalidad hacia la felicidad. ¿Lo harán? Esperamos que sí. Confiamos que sí. Estamos todos en ello. Ha habido una sintonía muy bonita entre los temas tratados en las conferencias. Cada conferenciante, con un estilo muy distinto, reafirmó lo dicho por los demás. Yo empecé hablando de la gratitud, con un estilo emotivo, cargado de sentimiento. Xavi Llobet me siguió, hablando sobre el poder de la mente, con un estilo sobrio, firme y sereno. Alfredo Tabueña habló justo después, con la solidez, sabiduría y pinceladas de ironía. Por la tarde, Juan Miguel Fernández habló sobre la salud integral del hombre con elegancia, profundidad y talante. Selene, antes de las conferencias, le dio su toque de delicadeza. Nuestros jóvenes, Lucas y Ian, aportaron auto-superación. Los niños y evangelizadores pusieron ingenuidad y alegría de su parte. El clima entre todos los trabajadores era de concordia. Entre los asistentes, me atrevo a decir que se desprendía gratitud. Ya veis que fue una jornada memorable, en la que, en el límite de nuestras imperfecciones, gracias a la contribución de la espiritualidad superior y a la misericordia de Dios, nos esforzamos por hacer cosas dignas de nuestro Amado Maestro. Ayer se cruzaron en el CCCB los caminos de espíritus con diferentes trayectorias. Hoy volvemos cado uno a estar en el camino que ha elegido seguir, pero llevamos algo de todo lo que hemos recibido en esta jornada y podemos estar seguros de que algo hemos aportado a todos los que han estado ahí. Como espírita me alegro que eventos como este hagan posible que más gente pueda conocer informaciones sobre la interacción entre el mundo físico y el espiritual que me han dado mucha paz, fuerzas renovadas para seguir superando mis imperfecciones y objetivos que me llenan de ánimo y energía. Como espíritu estoy profundamente agradecida a Dios a todos los encarnados y desencarnados que se han acercado a este evento, uniendo su propia trayectoria a la mía, aun que solo por unas horas. Amigos, el trabajo sigue. La vida sigue, en los dos planos de la vida. Os deseo a todos una semana de armonía y mucha luz. Abramos nuestros corazones y nuestras mentes para las enseñanzas de nuestro Maestro Mayor y de la Doctrina Espírita. Permitamos que el amor nos convierta en seres dignos de la misericordia del Creador.
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